Fique de maguey y el pueblo Kankuamo
Por Programa de Atención a Población Víctima y Vulnerable, Programa APV
Artesanías de Colombia a través de su Programa de Atención a Población Víctima y Vulnerable, Programa APV, cumple seis meses de acompañamiento al pueblo Kankuamo, en el fortalecimiento del oficio de la tejeduría en fique de maguey.
Desde la empresa, se ha propiciado el intercambio de conocimientos entre un grupo de aproximadamente 100 artesanas pertenecientes a diez comunidades del resguardo indígena en torno a la tradición artesanal kankuama: sus puntadas y simbología, plantas tintóreas y posibilidades de innovación a partir de la cultura propia.
La penca de maguey hace parte del rescate y proceso de recuperación del tejido social y cultural de los Kankuamo, uno de los cuatro pueblos de la Sierra Nevada de Santa Marta. En 1993, esta etnia inició un proceso colectivo de reivindicación de su tradición ancestral, que refleja la perseverancia del retorno a las enseñanzas de la Madre Tierra, y que se consolidó jurídicamente en 2003 como el Resguardo Indígena Kankuamo.
La ubicación geográfica del Pueblo Kankuamo, a las faldas de la Sierra Nevada de Santa Marta, favoreció el contacto con la cultura española y la adopción de varios elementos extranjeros que se sumaron a su idiosincrasia y costumbres.
No obstante y por décadas, los Kankuamo han recorrido un camino de vuelta a sus raíces que además de la reivindicación del territorio originario, contempla la reincorporación de sus prácticas espirituales, el rescate de su música y de actividades cotidianas, como la siembra de alimentos tradicionales y el fortalecimiento del fique de maguey: pilar de su vida y cosmovisión.
La planta de maguey es un tipo de agave que es transformado en hilo de fique por el pueblo Kankuamo. Su procesamiento se ha tecnificado hasta el punto en el que, quienes lo extraen son los hombres y quienes lo hilan y tejen, son las mujeres. Los productos más representativos son la mochila carguera, el mochilón y el chinchorro, este último usado en la actualidad en el templo ceremonial: la Kankurua.
Históricamente, el fique ha sido también un símbolo de identidad: se asocia con el arraigo al territorio, pues antaño crecía de forma silvestre y ello favoreció un conocimiento juicioso sobre su siembra, cosecha y transformación. Además, el trabajo concatenado entre hombres y mujeres recuerda la complementariedad de ambos sexos, establecida en la Ley de Origen, un conjunto de códigos de enseñanza y aprendizaje que encarnan el sistema de conocimiento y la sabiduría ancestral de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada.
Finalmente, en torno al fique se ha afianzado la transmisión intergeneracional de saberes y el entendimiento del pensamiento, como tejido de vivencias pasadas y de proyectos futuros que se materializan en las artesanías elaboradas en esta fibra.
Así entonces, Artesanías de Colombia celebra y se suma a este proceso de reivindicación y conservación de los conocimientos tradicionales del Resguardo Indígena Kankuamo, apoyando su labor artesanal asociada a la tejeduría en fique de maguey, e invita a entidades territoriales y de orden nacional, a que se sumen a esta iniciativa. ¡Que vivan las artesanías!