La tejeduría al sol

Por Artesanías de Colombia

Artesana Claudia Marleny Ramírez
Artesana Claudia Marleny Ramírez - Imagen: Artesanías de Colombia

Claudia Marleny Ramírez nació en el resguardo indígena de Males, en el municipio de Córdoba, Nariño. Fue criada por sus abuelos agricultores y desde pequeña, vio cómo su abuelo tejía alpargatas y costales en guanga. Por las noches, alrededor del fuego, mientras su abuela les enseñaba a sus tíos cómo adelgazar la lana, Claudia debía preparar aguapanela y servirla con cuajada. 

Alrededor del fogón, escuchaba las enseñanzas de los mayores acerca de los valores familiares, el respeto por el territorio, la cultura de la etnia pastos y su relación con la naturaleza. A los siete años, su abuela le enseñó a tejer con rines de bicicleta, los cuales moldeaban con piedras para obtener las agujetas con las que Claudia aprendió a tejer su propio cunche (prenda que usan bajo la falda las mujeres de la etnia). 

A los 20 años decidió organizarse con un grupo de mujeres para encontrar nuevos caminos para la tejeduría de su pueblo. Claudia lideró el proceso golpeando puertas en las alcaldías de Córdoba y Pasto, y haciendo lobby en la gobernación de Nariño. Hace tres décadas, Claudia y cuatro mujeres le dieron vida al Taller Mutecypa, que ya se formalizó y del cual, viven 22 familias dedicadas a la tejeduría en guanga y crochet de mochilas, ruanas, gorros y bufandas. 

El proceso artesanal inicia con la esquilada de las ovejas. La lana sale en montones gruesos, que deben ser desenmarañados y estirados hasta alcanzar el grosor de los hilos. Si son para una ruana, son más gruesos que los hilos para las mochilas. Para una mochila mediana, se teje una base con diez puntos y seis cadenas, la cual se va ampliando a manera de un espiral que crece en sí mismo. 

Una vez se tiene la base completa, se tejen las grafías que provienen de la simbología de los infieles: entierros hechos por los ancestros de la etnia Pastos en donde se encuentran ollas y jarras con diseños y patrones, relacionados con celebraciones ancestrales y símbolos identitarios, que son reproducidos en las prendas tejidas por las mujeres del taller Mutecypa. 

Artesanías de Colombia

El Inti Raymi es la festividad más importante para los pueblos indígenas andinos. La celebran la tercera semana de junio y es tan antigua como el Imperio Inca. En ella se rinde tributo al sol como el padre dador de vida. Por ello, los diseños más frecuentes en la tejeduría del Taller Mutecypa emulan la forma y los rayos del sol. 

Para esta comunidad, tejer significa sostener un diálogo entre el inicio de la vida -la estrella madre- y el instante presente, el cual contiene la sabiduría y la dignidad del pueblo pasto, expresadas en las tramas de sus tejidos. Por eso, cada pieza se convierte en una manera de mantener viva una tradición que hace parte de la cultura y la cosmogonía de la etnia. 

Claudia Marleny y el Taller Mutecypa hacen parte de los protagonistas de la cuarta edición de Mercado Artesanal del Claustro, en Bogotá. Así que la invitación final es a recorrer el mercado y conocer la riqueza de las piezas tejidas en guanga y crochet por estas artesanas nariñenses. ¡Que vivan las artesanías!

Si tiene interés en comprar artesanías elaboradas por estas manos artesanas, le invitamos a conocer el Taller Mutecypa y además, a encontrar sus artesanías en nuestra tienda en línea.

 

Mayores informes

Laboratorio de Innovación y Diseño de Nariño
Artesanías de Colombia
Correo electrónico: labnarino@artesaniasdecolombia.com.co 

Taller Mutecypa
Resguardo índígena de Males, Nariño
Redes sociales: Facebook e Instragram
Teléfono: (57) 310 4338510  

Claudia Marleny Ramírez nació en el resguardo indígena de Males, en el municipio de Córdoba, Nariño. Fue criada por sus abuelos agricultores y desde pequeña, vio cómo su abuelo tejía alpargatas y costales en guanga. Por las noches, alrededor del fuego, mientras su abuela les enseñaba a sus tíos cómo adelgazar la lana, Claudia debía preparar aguapanela y servirla con cuajada. 
Alrededor del fogón, escuchaba las enseñanzas de los mayores acerca de los valores familiares, el respeto por el territorio, la cultura de la etnia pastos y su relación con la naturaleza. A los siete años, su abuela le enseñó a tejer con rines de bicicleta, los cuales moldeaban con piedras para obtener las agujetas con las que Claudia aprendió a tejer su propio cunche (prenda que usan bajo la falda las mujeres de la etnia). 
A los 20 años decidió organizarse con un grupo de mujeres para encontrar nuevos caminos para la tejeduría de su pueblo. Claudia lideró el proceso golpeando puertas en las alcaldías de Córdoba y Pasto, y haciendo lobby en la gobernación de Nariño. Hace tres décadas, Claudia y cuatro mujeres le dieron vida al Taller Mutecypa, que ya se formalizó y del cual, viven 22 familias dedicadas a la tejeduría en guanga y crochet de mochilas, ruanas, gorros y bufandas. 
El proceso artesanal inicia con la esquilada de las ovejas. La lana sale en montones gruesos, que deben ser desenmarañados y estirados hasta alcanzar el grosor de los hilos. Si son para una ruana, son más gruesos que los hilos para las mochilas. Para una mochila mediana, se teje una base con diez puntos y seis cadenas, la cual se va ampliando a manera de un espiral que crece en sí mismo. 
Una vez se tiene la base completa, se tejen las grafías que provienen de la simbología de los infieles: entierros hechos por los ancestros de la etnia pastos en donde se encuentran ollas y jarras con diseños y patrones, relacionados con celebraciones ancestrales y símbolos identitarios, que son reproducidos en las prendas tejidas por las mujeres del taller Mutecypa. 
El Inti Raymi es la festividad más importante para los pueblos indígenas andinos. La celebran la tercera semana de junio y es tan antigua como el Imperio Inca. En ella se rinde tributo al sol como el padre dador de vida. Por ello, los diseños más frecuentes en la tejeduría del Taller Mutecypa emulan la forma y los rayos del sol. 
Para esta comunidad, tejer significa sostener un diálogo entre el inicio de la vida -la estrella madre- y el instante presente, el cual contiene la sabiduría y la dignidad del pueblo pasto, expresadas en las tramas de sus tejidos. Por eso, cada pieza se convierte en una manera de mantener viva una tradición que hace parte de la cultura y la cosmogonía de la etnia. 
Claudia Marleny y el Taller Mutecypa hacen parte de los protagonistas de la cuarta edición de Mercado Artesanal del Claustro, en Bogotá. Recorra el mercado y conozca la riqueza de las piezas tejidas en guanga y crochet por estas artesanas nariñenses. ¡Que vivan las artesanías! 
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