Riqueza Artesanal: Tejiendo historia en Sandoná
Por Sistema de Información para la Artesanía, Siart.
Sandoná, un pueblo tejedor
Nariño es reconocido como uno de los departamentos con mayor tradición artesanal, porque alberga una diversidad de oficios que identifican y llenan de orgullo a sus más de 1.6 millones de habitantes y por supuesto, a todos los colombianos.
Entre los diferentes saberes artesanales que se conservan en este territorio se destacan: el enchapado en mopa mopa y tamo, la tejeduría en telar de guanga y tela vertical, la joyería, el trabajo en cuero y en madera, además de la cestería y la sombrerería en iraca o paja toquilla, el cual es practicado principalmente en Sandoná, un municipio que guarda los secretos de una tradición que se mantiene viva, gracias a las manos laboriosas de sus artesanos.
Sandoná es un territorio descendiente del pueblo de los Quillacingas, reconocidos por su organización al ejercer la agricultura. Fue fundado en 1868 y asentado en las faldas del volcán Galeras, se ubica a 48 kilómetros de la capital nariñense.
Cuenta con más de 25 mil habitantes quienes, además de mantener su economía mediante la producción agrícola, elaboran sombreros, bolsos, cestos e individuales, entre otras piezas como fuente de sustento. Razón por la que este municipio es considerado uno de los centros artesanales más relevantes de la región.
El tejido y su tradición
Tejer la iraca, fibra vegetal conocida también como paja toquilla, es para las artesanas y artesanos de Sandoná, la expresión de su cultura e identidad. Históricamente, se destaca que los saberes del oficio llegaron al sur del país desde el Ecuador, gracias a la transmisión de la técnica del sombrero ‘jipa’ o ‘jipijapa’ realizado en el país vecino.
De Nariño, el tejido en iraca viajó a diferentes partes de Colombia, en donde los artesanos ajustaron la técnica a sus necesidades y costumbres. De hecho, por el pronto arraigo de la elaboración del sombrero de paja toquilla en otras partes del país, este se convirtió en elemento principal del atuendo tradicional colombiano.
Por su parte, en Sandoná y de acuerdo a las crónicas y relatos del siglo XIX, se cuenta que esta tradición comenzó a consolidarse de la mano de personajes como ‘Don Juan Vivanco’, un ecuatoriano que dio a conocer el oficio hacia el año de 1847 en el municipio nariñense de La Unión, y de allí, se extendió a los territorios de Yacuanquer, Tabo y Sandoná (Artesanías de Colombia).
En principio, el oficio era practicado únicamente en el tiempo libre de los sandoneños, pero, a inicios del siglo XX, el tejido de la iraca y del sombrero se convirtió en una labor fundamental para la región; en parte, por el apoyo e interés del padre José María Ordoñez, quien, además de contribuir en la popularización del sombrero a nivel comercial, propició los espacios para que las mujeres aprendieran a tejer, ya que quienes tejían en paja toquilla, eran los hombres.
Desde entonces, la mujeres tomaron el rol del tejido y hoy en día, son ellas quienes tienen en sus manos y en su corazón, la responsabilidad de conservar y transmitir este inmenso legado artesanal, plasmado en productos que entre texturas y colores, expresan su sentir, la esencia del territorio y la inspiración de los paisajes naturales característicos de Sandoná.
¡Conozca en la próxima entrega de Riqueza Artesanal, cómo las tejedoras de Sandoná dan vida a los icónicos sombreros y encantadores cestos tejidos en iraca!
Especial realizado por el Sistema de Información para la Artesanía – SIART
Fuentes:
Artesanías de Colombia. (2021). Relatos Artesanales. https://repositorio.artesaniasdecolombia.com.co/bitstream/001/5899/3/INST-D%202021.%2022.pdf
Solano, P. (1997). La Iraca: comunidad artesanal de Sandoná. Artesanías de Colombia. https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll10/id/3725
Artesanías de Colombia. (2013). Escenas clásicas del procesos del tejido y secado de la paja toquilla en Sandoná, Nariño. https://cendar.metabuscador.org/Record/dspace-001-3429