El poderoso tejido Wayúu

Por Artesanías de Colombia.

Artesana Carmen María González
Artesana Carmen María González - Imagen: Artesanías de Colombia

Carmen María González se enamoró del tejido siendo una niña. Le gustaba pararse detrás de su abuela y observar cómo sus manos se movían para tejer con hilo mochilas y chinchorros. Cuando su abuela finalizaba la jornada, tomaba algunos retazos que habían sobrado y se ponía a imitar los movimientos de la aguja para tejer pequeñas mantas para sus muñecas de barro.

Con la llegada de su primera menstruación y según dicta la tradición Wayúu, se encerró durante un mes con su abuela. En la oscuridad, recibió los saberes del tejido e hizo su primer chinchorro. Cuando se graduó del colegio, se casó. Pero Carmen María no estaba hecha para dedicarse únicamente a las labores del hogar. Gracias a su determinación, le dejó claro a su marido que seguiría estudiando y preparándose para ser una artesana exitosa. 

Desde entonces, ha realizado un sinnúmero de capacitaciones en bordado de mantas, tejeduría de manillas, perfeccionamiento del tejido y comercialización de productos. En 2009 montó en su casa, en el municipio de Uribia, Guajira, el taller Jeketüu, que en Wayúu significa “Nuevo”, donde trabaja con otras 20 artesanas quienes con su trabajo, enaltecen el tradicional y poderoso tejido Wayúu. 

Para ella, transmitir el legado del arte Wayúu a sus sobrinos y a las personas jóvenes de su comunidad, tal como lo hace una madre artesana: “significa mucho porque primero, soy un ejemplo para las generaciones nuevas y segundo, es un orgullo muy grande, saber que voy a dejar parte del arte Wayúu que llevo en la sangre”.

A Carmen le gusta que sus productos resalten por la calidad de su tejido y su estética, por eso busca la combinación más armónica de colores, para que cada pieza simbolice el orgullo de la sabiduría de su etnia. Le apasiona inspirarse en los colores de la naturaleza, de las plantas cuando retoñan y el paisaje de la Guajira. 

En su taller Jeketüu, las mochilas se tejen con los kanas tradicionales, símbolos que representan la manera de interpretar el mundo de la etnia, como el de la culebra, el ojo del pescado y el caparazón de la tortuga. El proceso de los chinchorros es más demandante. En un chinchorro sencillo, una artesana puede tardarse un mes y en uno de doble cara, que es más grueso, pues se teje con varias franjas de hilo, hasta tres meses. 

Los Wayúu aseguran que recibieron la sabiduría del tejido a través de una araña conocida como Wale’ Kerü, que los instruyó en el conocimiento del tejido de mochilas, mantas y chinchorros. Para la etnia, tejer simboliza una manera de concebir la vida y de exaltar su cultura ancestral. También ha sido un puente para comunicarse con el mundo y mantener vivas sus tradiciones, las cuales se siguen transmitiendo de generación en generación. 

Pero sin duda han sido mujeres como Carmen María González, las que se han encargado de fortalecer este legado abriendo canales de distribución. En los últimos años, las mochilas se han comercializado con mucha fuerza en todo el territorio nacional y se han convertido en una de las piezas artesanales más populares de Colombia. Si tiene interés en comprar una de sus artesanías, puede contactarla vía telefónica o WhatsApp al (57) 310 714 4656.

Carmen María González, es una de las artesanas presentes en la tienda en línea de Artesanías de Colombia. Le invitamos a visitar esta plataforma y a comprar las artesanías que con sus manos, elaboran los artesanos colombianos.  

Celebremos el mes de las madres con las historias que nos inspiran, nos recuerdan el origen y nos animan a conservar nuestra tradición. ¡Que vivan las Artesanías!

Carmen María González se enamoró del tejido siendo una niña. Le gustaba pararse detrás de su abuela y observar cómo sus manos se movían para tejer con hilo mochilas y chinchorros. Cuando su abuela finalizaba la jornada, tomaba algunos retazos que habían sobrado y se ponía a imitar los movimientos de la aguja para tejer pequeñas mantas para sus muñecas de barro.
Con la llegada de su primera menstruación y según dicta la tradición Wayúu, se encerró durante un mes con su abuela. En la oscuridad, recibió los saberes del tejido e hizo su primer chinchorro. Cuando se graduó del colegio, se casó. Pero Carmen María no estaba hecha para dedicarse únicamente a las labores del hogar. Gracias a su determinación, le dejó claro a su marido que seguiría estudiando y preparándose para ser una artesana exitosa. 
Desde entonces, ha realizado un sinnúmero de capacitaciones en bordado de mantas, tejeduría de manillas, perfeccionamiento del tejido y comercialización de productos. En 2009 montó en su casa, en el municipio de Uribia, Guajira, el taller Jeketüu, que en Wayúu significa “Nuevo”, donde trabaja con otras 20 artesanas quienes con su trabajo, enaltecen el tradicional y poderoso tejido Wayúu. 
Para ella, transmitir el legado del arte Wayúu a sus sobrinos y a las personas jóvenes de su comunidad, tal como lo hace una madre artesana: “significa mucho porque primero, soy un ejemplo para las generaciones nuevas y segundo, es un orgullo muy grande, saber que voy a dejar parte del arte Wayúu que llevo en la sangre”.
A Carmen le gusta que sus productos resalten por la calidad de su tejido y su estética, por eso busca la combinación más armónica de colores, para que cada pieza simbolice el orgullo de la sabiduría de su etnia. Le apasiona inspirarse en los colores de la naturaleza, de las plantas cuando retoñan y el paisaje de la Guajira. 
En su taller Jeketüu, las mochilas se tejen con los kanas tradicionales, símbolos que representan la manera de interpretar el mundo de la etnia, como el de la culebra, el ojo del pescado y el caparazón de la tortuga. El proceso de los chinchorros es más demandante. En un chinchorro sencillo, una artesana puede tardarse un mes y en uno de doble cara, que es más grueso, pues se teje con varias franjas de hilo, hasta tres meses. 
Los Wayúu aseguran que recibieron la sabiduría del tejido a través de una araña conocida como Wale’ Kerü, que los instruyó en el conocimiento del tejido de mochilas, mantas y chinchorros. Para la etnia, tejer simboliza una manera de concebir la vida y de exaltar su cultura ancestral. También ha sido un puente para comunicarse con el mundo y mantener vivas sus tradiciones, las cuales se siguen transmitiendo de generación en generación. 
Pero sin duda han sido mujeres como Carmen Maria González, las que se han encargado de fortalecer este legado abriendo canales de distribución. En los últimos años, las mochilas se han comercializado con mucha fuerza en todo el territorio nacional y se han convertido en una de las piezas artesanales más populares de Colombia. Si tiene interés en comprar una de sus artesanías, puede contactarla vía telefónica o WhatsApp al (57) 310 714 4656.
Celebremos el mes de las madres con las historias que nos inspiran, nos recuerdan el origen y nos animan a conservar nuestra tradición. ¡Que vivan las Artesanías! 

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