Colombia Artesanal: Bogotá, arte hecho cerámica
Por Sistema de información para la Artesanía Siart
Bogotá es un territorio con más de siete millones de habitantes. Su diversidad cultural traspasa cada una de las regiones de nuestro país, así como la de diferentes y variados lugares del mundo. Como parte de la magia que atrae a todos a hacer parte de esta capital artesanal, existe una comunidad de artesanos ceramistas que desde la fundación de la ciudad y al pasar de una década a otra, se ha transformado según la época llegando así a producir hoy cerámica contemporánea.
Diego Añez, ceramista e ingeniero industrial, dedicado a la cerámica desde hace más de 25 años y hoy uno de los fundadores del Taller Magma Cerámica, gran conocedor del proceso, desarrollo y transformación de la cerámica colombiana en sus diferentes áreas de trabajo, relató solo algunas de las cosas que hoy lo hacen uno de los más conocedores de este apasionante oficio artesanal.
Al preguntarle a Diego ¿cuál es la definición del término “contemporáneo”?, él comenzó respondiendo que esta es una palabra que se relaciona directamente “con el tiempo”, y concluyó explicando que es por esto que un artesano contemporáneo está ligado al tiempo o al momento en el que se encuentra, para elaborar cada pieza artesanal.
Adicionalmente, Diego, con su amplia experiencia en la exploración de este oficio, indica que los artesanos que se dedican a la cerámica contemporánea, por lo general, llegan más al oficio por pasión, vocación y formación que por la misma tradición. En Bogotá, según él, son mínimos los casos en los que la cerámica contemporánea pasa de generación en generación, como si sucede en la cerámica tradicional.
Una cerámica en constante transformación
La cerámica contemporánea en Bogotá comienza a desarrollarse a partir de la fundación de la ciudad. Ejemplo de esto, en el que Diego hace énfasis, son “las tejas, techos y ladrillos que hicieron los ceramistas para las viviendas, pensando en la evolución del tiempo”.
De esta forma, él relata la forma en la que, pensando en las necesidades de los capitalinos, los artesanos comienzan a crear las primeras fábricas de loza en la ciudad, en los barrios ubicados hacia el centro como el Belén, que tenía una sección de locería y la ya desaparecida “Tubos Moore” que fundada hacia 1906 fabricó por más de 100 años tubos de gres.
Bajo la idea de que son las necesidades de los habitantes las que impulsan a los artesanos a elaborar diversos productos en cerámica, los ceramistas comienzan a elaborar vajillas, innovando con técnicas de vidreado y acabados más acordes a la ciudad. Estos, como asegura Diego, son uno de los principales productos de cerámica contemporánea elaborada en Bogotá y sus alrededores, sin perder de vista los productos decorativos.
Pero para darle vida a estos objetos artesanales, es necesario referirnos a la materia prima: el barro. En cuanto a este, Diego nos cuenta que las arcillas utilizadas por los artesanos para elaborar sus productos contemporáneos, no son procesadas de manera industrial; lo que se convierte en uno de los principales aspectos que diferencian a la cerámica contemporánea de la cerámica indígena y tradicional.
Son los ceramistas por medio de su experiencia, de investigaciones y de estudios, quienes definen según las necesidades de sus productos, cuál es el tipo de arcilla a utilizar, y en el caso de Magma Cerámica, por ejemplo, se ha determinado el uso de la cerámica blanca para elaborar sus lámparas.
Es de resaltar que la constante evolución en cuanto a las arcillas, los objetos, las formas y los diseños, constituye otra característica fundamental de la cerámica contemporánea y esta transformación, ha llevado a sus exponentes a elaborar diferentes sellos y marcas únicas y particulares que permiten reconocer el taller que las ha creado.
Si hablamos de Magma Cerámica, el uso de sellos estampados en tela, hace parte de su marca diferenciadora, con la que también se puede apreciar cómo la combinación entre el textil y la cerámica es posible, a pesar de que como dice Diego Añez “en Colombia, estas combinaciones aún no se han desarrollado mucho”.
De Bogotá para el mundo
En cuanto a los ceramistas que se han establecido en Bogotá y su periferia, Diego ha logrado identificar más de 30 talleres de cerámica, en los que la diversidad de productos y formas de elaboración es notoria. Muchos de estos ceramistas contemporáneos, pensando en desarrollar sus habilidades y creatividad de forma más libre, deciden habitar municipios cercanos a Bogotá como Chía, Tabio, Sopó y La Calera, entre otros.
De estos talleres y empresas dedicadas a la cerámica contemporánea, nacen productos que son distribuidos a nivel local (alrededor del barrio), regional, nacional e internacional.
En Bogotá, Diego nos da a conocer que los ceramistas, dependiendo del mercado al que desean llegar, se dividen en dos grupos: uno son las grandes fábricas, que producen desde pisos hasta vajillas tales como Corona y Alfagres; y dos, los talleres de ceramistas contemporáneos, que elaboran vajillas, murales, esculturas u objetos decorativos, llenos de inspiración y del talento de manos que construyen objetos exclusivos, sin recurrir a grandes producciones.
Uno de los talleres más reconocidos de La Candelaria es precisamente Magma Cerámica. Este fue creado por Diego Añez junto a su esposa María Paula Giraldo desde hace más de 23 años. Allí elaboran toda clase de piezas utilitarias como vajillas y decorativas como lámparas, pero, también imparten talleres para niños y adultos y realizan cursos especializados en cerámica, con el fin de dar a conocer un oficio artesanal que puede transformar el alma de quien lo aprende.
De esta forma, el barro se transforma y llega a cada rincón de nuestra Colombia Artesanal en hermosos objetos artesanales, que llevan consigo la habilidad, el amor y la pasión de los artesanos colombianos que están presentes en cada una de las épocas de nuestro país.
Especial realizado por el Sistema de Información para la Artesanía Siart, de Artesanías de Colombia.
Fuente: Entrevista con el ceramista Diego Añez.