Por Sistema de Información para la Artesanía - Siart. viernes 11 de mayo de 2018
Hoy queremos exaltar la labor de las madres colombianas, con la historia de la Maestra artesana Misak María Cecilia Tombé Morales.
Tiene 42 años, dos hijos y un par de manos prodigiosas. La Maestra María Cecilia Tombé Morales habla con voz tranquila y sabia, con ese tono que sólo los años dedicados al oficio artesanal, le regala a los guardianes de las tradiciones de nuestro país.
María Cecilia, es una madre artesana de la comunidad indígena Misak, ubicada en el sur de país en el municipio de Silvia, Cauca, que aprendió a los seis años, el oficio del tejido viendo a su mamá y a su abuela. Es una madre artesana que heredó a sus hijos, el amor por la tradición artesanal del tejido Misak. Pero ella no sólo es madre de Lucy Elena Tombé y Edward Santiago Tombé, también es madre de cada tejido que sus manos elaboran con dedicación y orgullo.
Y es que combinar la labor de madre con la de artesana es para María Cecilia: “una experiencia muy bonita porque para las mujeres Misak es toda una tradición el tener las manos ocupadas. Con ellas cuidamos a nuestra familia y conservamos la tradición. Las abuelitas siempre nos dijeron que cuando hay reuniones, no tenemos que ir con las manos sueltas, siempre vamos tejiendo”.
Así como siempre tienen las manos ocupadas, las madres artesanas Misak son quienes tradicionalmente, tejían el anaco (la falda negra de las mujeres) y el poncho que usan los hombres de su comunidad; antes solían elaborarlo con lana de ovejo virgen, pero con el paso de los años, el hilo industrial ha reemplazado paulatinamente a la lana, la cual todavía se hila con las manos.
El hilado es una actividad que María Cecilia reconoce, se le da mejor a su hija, pues cuenta con gran orgullo: “mi hija aprendió a hilar la lana primero que yo. Ella aprendió a los 18 años y yo apenas estoy aprendiendo; lo que pasa es que ella heredó esa habilidad para conservar la tradición de mi mamá. Cuando estaba pequeña, siempre se sentaba al lado de la abuela, quien toda la vida ha hilado muy bonito la lana, y así fue como poco a poco, fue acostumbrando sus manos a hilar con la misma belleza”.
«La fuerza que caracteriza a las madres artesanas de nuestra patria es la sabiduría, porque la mujeres, siempre que empezamos a tejer o a hilar, lo hacemos desde el sentir. Tejer es como esperar un bebé, uno hace mucho silencio y tiene muchos pensamientos buenos.
Dedicarse a tejer, hilar, forjar, o cualquier otra actividad artesanal, es un acompañamiento psicológico y ancestral para nosotras; por eso el tejido demuestra lo que uno siente y representa la sabiduría que hemos heredado de nuestros mayores.
La fuerza del tejido es la misma fuerza de las madres, porque tiene todo el sentir y la sabiduría es lo que tenemos como mujeres». María Cecilia Tombé Morales, artesana Misak.
En Artesanías de Colombia, sabemos que las madres de nuestro país son una de las figuras más importantes para mantener el legado cultural de los oficios artesanales colombianos, por eso, nos unimos al mensaje que hoy, Maria Cecilia comparte con nosotros:
«La invitación es a que no dejemos que nuestros conocimientos tan bonitos se pierdan, y a que sigamos transmitiendo a nuestro hijos y nietos, las historias, el arte y el significado de nuestros orígenes».
Especial realizado por el Sistema de Información para la Artesanía - Siart, de Artesanías de Colombia.