Colombia Artesanal: Tejeduría de San Jacinto, elaborando hamacas

Por Sistema de Información para la Artesanía - Siart.

Hamaca de San Jacinto
Hamaca de San Jacinto - Imagen: Artesanías de Colombia

Si bien las artesanas de San Jacinto elaboran en telar vertical diferentes productos perfectos para la mesa y el hogar, la hamaca es una pieza que se caracteriza por llevar consigo, la rica tradición textil de la cultura Zenú.

Paso a paso, las artesanas crean esta tradicional artesanìa, desde la preparación de la materia prima, hasta el remate de los hilos y los acabados de la pieza. Por eso, haremos un breve recorrido para exaltar la hermosa labor que deja como resultado, una hamaca que guarda los legados culturales de San Jacinto.

Colombia Artesanal: Tejeduría de San Jacinto, elaborando hamacas
Sin lugar a dudas, las hamacas de San Jacinto llevan impreso en su tejido, la tradición de su pueblo. ¡Conozca en este especial cómo se da vida a esta pieza artesanal!
Si bien las artesanas de San Jacinto elaboran en telar vertical diferentes productos perfectos para la mesa y el hogar, la hamaca es una pieza que se caracteriza por llevar consigo, la rica tradición textil de la cultura Zenú.
Paso a paso, las artesanas crean esta tradicional artesanìa, desde la preparación de la materia prima, hasta el remate de los hilos y los acabados de la pieza. Por eso, haremos un breve recorrido para exaltar la hermosa labor que deja como resultado, una hamaca que guarda los legados culturales de San Jacinto.
Hilando, tejiendo, creando
El hilo de algodón es la materia prima con la que las tejedoras dan vida a la hamaca. Anteriormente, la única forma de obtener esta hilaza, era hilando de forma manual el algodón que se producía en el territorio. Hoy en día y en mayor proporción, se utilizan hilos de algodón procesados industrialmente.
Luego de obtenerlo, el hilo de algodón con el que se tejerá la hamaca, se lava en una olla con agua y jabón para que el color del material se fije; si el hilo no es del color que desea la artesana, ella tiñe la madeja poniéndola en una olla con agua caliente y anilinas o pigmentos naturales con mordientes como: sal, lejía, alumbre o vinagre; se vuelve a lavar y se pone a secar al aire libre.
Pero el proceso del teñido solía realizarse con una técnica de origen indígena, conocida como “lampazo” y de hecho, era una de las características de la tejeduría de este territorio: consistía en “teñir por partes la madeja de hilo a través de un sistema de amarres y nudos, para lograr contrastes de colores claro-oscuro, como el crudo y el azul añil”*; permitiendo más luminosidad y diversidad de diseño en las hamacas.
Cuando el algodón está seco, la artesana separa y desenreda con cuidado las fibras del hilo, enmadejándolo en un devanador, herramienta de madera de cuatro brazos en la que se pueden clasificar los hilos con los que se elaborará la hamaca. Una vez están seleccionadas las madejas, se comienza a preparar el telar.
El telar
El telar vertical es la herramienta donde se teje la hamaca. Es una estructura que históricamente pertenece a la cultura Arawak o Arahuaca presente en los departamentos de Sucre, Bolívar, La Guajira y Magdalena en la Sierra Nevada de Santa Marta; y de cuya lengua nativa se deriva la palabra “hamaca”. 
En San Jacinto, el telar es elaborado por los hombres. Consta de un marco construido con cuatro astas o palos de madera de carreto o guayacán, ajustados con fibras de fique o bejuco; y otras piezas como las “trabas”, el “peine” o la “paleta”, fundamentales a la hora de transformar los hilos en hamacas.
El tejido
Una vez el telar está ajustado, la artesana “echa” las hilazas en las “trabas” o varas redondas ubicadas en cada extremo de éste, para crear la urdimbre que da paso al inicio del tejido. Este proceso es conocido como “urdido o echado” y en él, es importante que los hilos estén tensionados y parejos a lo ancho.
Cuando todos los hilos están echados en el telar, la artesana arma el “peine” con dos varillas de palma de corozo a lo ancho del telar. Esto permite separar las hilazas de la urdimbre y la trama del tejido, así como que el palo de la tejeduría, pueda realizar el entrecruzamiento de los hilos.
Y así, halando el peine con una mano y golpeando la templada urdimbre con la “paleta”, utensilio de madera con el que se fijan los hilos, la artesana comienza a tejer con fuerza y experticia, entrecruzando los delgados hilos de forma horizontal en las fibras que ya están sobre el telar. 
Luego, como indica nuestra más reciente memoria de oficio, “se pasa el palo del hilo por debajo del peine de un lado a otro y por encima del entrelazamiento de los hilos; se vuelve a golpear de nuevo los hilos”, y así sucesivamente hasta obtener el tejido del cuerpo de la hamaca que por lo general, es de 2.80 metros de largo por 1.50 metros de ancho.
Finalmente, se elaboran los “cabezotes”, “argollas” o “gicas” de la hamaca con los hilos que quedaron sin tejer en los dos extremos de la pieza. Para esto, primero se hacen a mano pequeñas trenzas que ayudan a que el tejido no se deshaga. Luego, se ajusta con pita los hilos de los cabezotes para que queden compactos y fuertes al momento de colgar la hamaca.    
Así se materializa en nuestra Colombia Artesanal, un saber transmitido de generación en generación que llevan en su sentir y en sus manos, los habitantes de San Jacinto y por el cual, se han dado a conocer en el país y el mundo.
¿Quién no ha querido descansar, leer o ver el atardecer al vaivén de una hamaca hecha por manos artesanas?
Especial realizado por el Sistema de Información para la Artesanía - Siart, de Artesanías de Colombia.
*Memoria de oficio: Tejeduría de la Hamaca San Jacinto Bolívar
Fuente:
- Colombia. Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Artesanías de Colombia. Memoria de oficio: Tejeduría de la Hamaca San Jacinto Bolívar. 2016. Bogotá. En línea: aquí.
https://repositorio.artesaniasdecolombia.com.co/handle/001/3821
- Rodríguez Acosta, Manuel Ernesto. Colombia. Ministerio de Desarrollo Económico. Artesanías de Colombia. Carpetas de diseño - hamacas y telas: San Jacinto - Bolívar. 1985. Bogotá. En línea: aquí. https://repositorio.artesaniasdecolombia.com.co/handle/001/684
- Tejeduría de San Jacinto. https://www.tejeduriadesanjacinto.com/

Hilando, tejiendo, creando

El hilo de algodón es la materia prima con la que las tejedoras dan vida a la hamaca. Anteriormente, la única forma de obtener esta hilaza, era hilando de forma manual el algodón que se producía en el territorio. Hoy en día y en mayor proporción, se utilizan hilos de algodón procesados industrialmente.

Luego de obtenerlo, el hilo de algodón con el que se tejerá la hamaca, se lava en una olla con agua y jabón para que el color del material se fije; si el hilo no es del color que desea la artesana, ella tiñe la madeja poniéndola en una olla con agua caliente y anilinas o pigmentos naturales con mordientes como: sal, lejía, alumbre o vinagre; se vuelve a lavar y se pone a secar al aire libre.

Pero el proceso del teñido solía realizarse con una técnica de origen indígena, conocida como “lampazo” y de hecho, era una de las características de la tejeduría de este territorio: consistía en “teñir por partes la madeja de hilo a través de un sistema de amarres y nudos, para lograr contrastes de colores claro-oscuro, como el crudo y el azul añil”*; permitiendo más luminosidad y diversidad de diseño en las hamacas.

Cuando el algodón está seco, la artesana separa y desenreda con cuidado las fibras del hilo, enmadejándolo en un devanador, herramienta de madera de cuatro brazos en la que se pueden clasificar los hilos con los que se elaborará la hamaca. Una vez están seleccionadas las madejas, se comienza a preparar el telar.

El telar

El telar vertical es la herramienta donde se teje la hamaca. Es una estructura que históricamente pertenece a la cultura Arawak o Arahuaca presente en los departamentos de Sucre, Bolívar, La Guajira y Magdalena en la Sierra Nevada de Santa Marta; y de cuya lengua nativa se deriva la palabra “hamaca”. 

En San Jacinto, el telar es elaborado por los hombres. Consta de un marco construido con cuatro astas o palos de madera de carreto o guayacán, ajustados con fibras de fique o bejuco; y otras piezas como las “trabas”, el “peine” o la “paleta”, fundamentales a la hora de transformar los hilos en hamacas.

El tejido

Una vez el telar está ajustado, la artesana “echa” las hilazas en las “trabas” o varas redondas ubicadas en cada extremo de éste, para crear la urdimbre que da paso al inicio del tejido. Este proceso es conocido como “urdido o echado” y en él, es importante que los hilos estén tensionados y parejos a lo ancho.

Cuando todos los hilos están echados en el telar, la artesana arma el “peine” con dos varillas de palma de corozo a lo ancho del telar. Esto permite separar las hilazas de la urdimbre y la trama del tejido, así como que el palo de la tejeduría, pueda realizar el entrecruzamiento de los hilos.

Y así, halando el peine con una mano y golpeando la templada urdimbre con la “paleta”, utensilio de madera con el que se fijan los hilos, la artesana comienza a tejer con fuerza y experticia, entrecruzando los delgados hilos de forma horizontal en las fibras que ya están sobre el telar. 

Luego, como indica nuestra más reciente memoria de oficio, “se pasa el palo del hilo por debajo del peine de un lado a otro y por encima del entrelazamiento de los hilos; se vuelve a golpear de nuevo los hilos”, y así sucesivamente hasta obtener el tejido del cuerpo de la hamaca que por lo general, es de 2.80 metros de largo por 1.50 metros de ancho.

Finalmente, se elaboran los “cabezotes”, “argollas” o “gicas” de la hamaca con los hilos que quedaron sin tejer en los dos extremos de la pieza. Para esto, primero se hacen a mano pequeñas trenzas que ayudan a que el tejido no se deshaga. Luego, se ajusta con pita los hilos de los cabezotes para que queden compactos y fuertes al momento de colgar la hamaca.

Así se materializa en nuestra Colombia Artesanal, un saber transmitido de generación en generación que llevan en su sentir y en sus manos, los habitantes de San Jacinto y por el cual, se han dado a conocer en el país y el mundo.

¿Quién no ha querido descansar, leer o ver el atardecer al vaivén de una hamaca hecha por manos artesanas?

Especial realizado por el Sistema de Información para la Artesanía - Siart, de Artesanías de Colombia.

*Memoria de oficio: Tejeduría de la Hamaca San Jacinto Bolívar

Fuente:

- Colombia. Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Artesanías de Colombia. Memoria de oficio: Tejeduría de la Hamaca San Jacinto Bolívar. 2016. Bogotá. En línea: aquí.
- Rodríguez Acosta, Manuel Ernesto. Colombia. Ministerio de Desarrollo Económico. Artesanías de Colombia. Carpetas de diseño - hamacas y telas: San Jacinto - Bolívar. 1985. Bogotá. En línea: aquí.
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