Colombia Artesanal: objetos rituales y espiritualidad

Por Sistema de Información para la Artesanía - Siart.

Colombia Artesanal - Corona de Chumbes
Colombia Artesanal - Corona de Chumbes - Imagen: Artesanías de Colombia

La simbología capturada en el objeto tiene un mensaje generado ancestralmente por una cultura para trascender en la memoria futura. Ellas evocan las historias de origen, los mitos y los preceptos de la vida en sociedad a través de lo figurativo y lo abstracto.

La simbología capturada en el objeto tiene un mensaje generado ancestralmente por una cultura para trascender en la memoria futura. Ellas evocan las historias de origen, los mitos y los preceptos de la vida en sociedad a través de lo figurativo y lo abstracto. 
Las piezas artesanales que tienen estas características, traen a colación la conciencia de lo sagrado y el sentido de ser una sola etnia. Algunos de ellos, como la corona de chumbres y las máscaras talladas en madera creados por la comunidad indígena Kamentsá, son empleados en momentos importantes de la vida sagrada y social de estas comunidades.
Corona de Chumbes
También conocida como la Corona del perdón, es un objeto que está compuesto por un aro de madera recubierto con franjas verticales de hilos de colores, que representa el pensamiento del ser del pueblo Kamentsá. Los 22 chumbes colgados, retratan el entorno que se bifurca en la caída de cada amarre.
El chumbe, es un elemento recopilador del pensamiento, y a través de su iconografía, la comunidad cuenta su cotidianidad, describiendo historias, cosmovisiones y vivencias. En cada uno de los 22 chumbes que cuelgan del aro de la corona, quedan amarradas o “enchumbadas”,  como ellos dicen, las historias que tienen significado para el portador.
Esta corona se utiliza en fiestas de la comunidad, especialmente en la llamada “Fiesta de la alegría, la conciliación y el retorno”, en la que se pide perdón por las faltas cometidas. De ahí su nombre, Corona del perdón.
Máscaras Gestuales
Las máscaras talladas en madera de cedro, urapán y sauce por la etnia Kamentsá datan de hace 50 a 75 años e involucran tradiciones propias de este pueblo. El propósito de ellas es comunicar a través de un lenguaje hermético, mensajes que hasta hace poco permanecían en secreto ante los ojos y el conocimiento de foráneos.
El conjunto de las máscaras refleja no solo la destreza manual, sino el talento en la variedad de representaciones y de asuntos resueltos, siempre con el trabajo concienzudo del artista y de las familias de artesanos qué han transmitido su arte de generación en generación.
Con el lenguaje de las máscaras, los indígenas representan, a los invasores que han pasado a través de su historia y resumen, la posición de sus habitantes frente a las innumerables invasiones que esta región ha enfrentado. Figuras con la lengua afuera, ojos desorbitados y narices torcidas, con gestos de miedo o expresión de mofa, caricaturizan a esos invasores.
Aparte de las máscaras talladas en madera con acabados naturales, esta comunidad también elabora máscaras con aplicación (enchape) en chaquiras, que generan una apariencia más vistosa por los colores y figuras que son plasmadas en la pieza y que son evocados por el chamán en la ceremonia del yagé, en la que se hacen explícitos en sueños para transmitir un mensaje del pasado.
Los Kamëntsá
Esta comunidad indígena se sitúa en el valle del Sibundoy (Putumayo), municipio localizado al suroccidente de Colombia, en el Nudo de los Pastos, un pequeño altiplano aluvial en la cordillera centro – oriental. 
Este territorio es estratégico y de vital importancia, por ser corredor obligado que comunica la zona Andina con la Amazonía colombiana. Según el censo del DANE a 2012, 5.539 personas  se auto reconocieron como pertenecientes al pueblo Kamëntsá, de las cuales el 48,7% son hombres y el 51,3% mujeres.
Algunos relatos de los Kamentsá, cuenta que la tierra estaba oscura y poblada de todos los seres incluyendo a los hombres, pero éstos carecían de inteligencia y erraban a tientas buscando alimentos. Realizando esta tarea, tropezaron con el bejuco del yagé, lo partieron justo por la mitad y le dieron a probar a las mujeres, quienes tuvieron la menstruación. Cuando los hombres lo probaron (yagé) se quedaron extasiados; el pedazo que les sobró comenzó a crecer y a trepar hacia el cielo. 
Poco a poco, las sombras tomaron contornos y las siluetas empezaron a dar pequeños destellos. De repente, observaron que en el cielo el yagé penetraba una flor inmensa y al ser fecundada se transformaba en el sol; de allí, bajaron los hombres del sol, cada uno tocando una melodía distinta con sus flautas y tambores, y cada una de estas se transformó en un color diferente. 
Al llegar a la tierra se dispersaron y cada uno depositó la luz y el color en cada ser, y cuando el mundo estuvo iluminado, toda esa sinfonía de colores y música hizo brotar el entendimiento en los hombres, creándose así la inteligencia y el lenguaje.
Artesanías de ColombiaLa simbología capturada en el objeto tiene un mensaje generado ancestralmente por una cultura para trascender en la memoria futura. Ellas evocan las historias de origen, los mitos y los preceptos de la vida en sociedad a través de lo figurativo y lo abstracto.

Las piezas artesanales que tienen estas características, traen a colación la conciencia de lo sagrado y el sentido de ser una sola etnia. Algunos de ellos, como la corona de chumbes y las máscaras talladas en madera creados por la comunidad indígena Kamentsá, son empleados en momentos importantes de la vida sagrada y social de estas comunidades.

Corona de Chumbes

También conocida como la Corona del perdón, es un objeto que está compuesto por un aro de madera recubierto con franjas verticales de hilos de colores, que representa el pensamiento del ser del pueblo Kamentsá. Los 22 chumbes colgados, retratan el entorno que se bifurca en la caída de cada amarre.

El chumbe, es un elemento recopilador del pensamiento, y a través de su iconografía, la comunidad cuenta su cotidianidad, describiendo historias, cosmovisiones y vivencias. En cada uno de los 22 chumbes que cuelgan del aro de la corona, quedan amarradas o “enchumbadas”, como ellos dicen, las historias que tienen significado para el portador.

Esta corona se utiliza en fiestas de la comunidad, especialmente en la llamada “Fiesta de la alegría, la conciliación y el retorno”, en la que se pide perdón por las faltas cometidas. De ahí su nombre, Corona del perdón.

 

 

Máscaras Gestuales

Las máscaras talladas en madera de cedro, urapán y sauce por la etnia Kamentsá datan de hace 50 a 75 años e involucran tradiciones propias de este pueblo. El propósito de ellas es comunicar a través de un lenguaje hermético, mensajes que hasta hace poco permanecían en secreto ante los ojos y el conocimiento de foráneos.

El conjunto de las máscaras refleja no solo la destreza manual, sino el talento en la variedad de representaciones y de asuntos resueltos, siempre con el trabajo concienzudo del artista y de las familias de artesanos qué han transmitido su arte de generación en generación.

Con el lenguaje de las máscaras, los indígenas representan, a los invasores que han pasado a través de su historia y resumen, la posición de sus habitantes frente a las innumerables invasiones que esta región ha enfrentado. Figuras con la lengua afuera, ojos desorbitados y narices torcidas, con gestos de miedo o expresión de mofa, caricaturizan a esos invasores.

Aparte de las máscaras talladas en madera con acabados naturales, esta comunidad también elabora máscaras con aplicación (enchape) en chaquiras, que generan una apariencia más vistosa por los colores y figuras que son plasmadas en la pieza y que son evocados por el chamán en la ceremonia del yagé, en la que se hacen explícitos en sueños para transmitir un mensaje del pasado.

 

Los Kamentsá

Esta comunidad indígena se sitúa en el valle del Sibundoy (Putumayo), municipio localizado al suroccidente de Colombia, en el Nudo de los Pastos, un pequeño altiplano aluvial en la cordillera centro – oriental. 

Este territorio es estratégico y de vital importancia, por ser corredor obligado que comunica la zona Andina con la Amazonía colombiana. Según el censo del DANE a 2012, 5.539 personas  se auto reconocieron como pertenecientes al pueblo Kamëntsá, de las cuales el 48,7% son hombres y el 51,3% mujeres.

Algunos relatos de los Kamentsá, cuenta que la tierra estaba oscura y poblada de todos los seres incluyendo a los hombres, pero éstos carecían de inteligencia y erraban a tientas buscando alimentos. Realizando esta tarea, tropezaron con el bejuco del yagé, lo partieron justo por la mitad y le dieron a probar a las mujeres, quienes tuvieron la menstruación. Cuando los hombres lo probaron (yagé) se quedaron extasiados; el pedazo que les sobró comenzó a crecer y a trepar hacia el cielo. 

Poco a poco, las sombras tomaron contornos y las siluetas empezaron a dar pequeños destellos. De repente, observaron que en el cielo el yagé penetraba una flor inmensa y al ser fecundada se transformaba en el sol; de allí, bajaron los hombres del sol, cada uno tocando una melodía distinta con sus flautas y tambores, y cada una de estas se transformó en un color diferente. 

Al llegar a la tierra se dispersaron y cada uno depositó la luz y el color en cada ser, y cuando el mundo estuvo iluminado, toda esa sinfonía de colores y música hizo brotar el entendimiento en los hombres, creándose así la inteligencia y el lenguaje.

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