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Medalla a la Maestría Artesanal Tradicional (2010)

Por Subgerencia de Desarrollo

Reconocimiento otorgado al Maestro José Luis Marian Villar por su trabajo en Platería
(Bogotá – Cundinamarca)

Texto tomado de: El Tiempo.com

José Luis Marian Villar no llegó al oficio de platería por casualidad. Su padre era un ilustre en el tema en España y trajo sus conocimientos al barrio Chapinero de Bogotá, meca de este oficio en Colombia, atraído por las buenas oportunidades laborales y por una mujer que lo enamoró. Juan Marian Racionero, su progenitor, llegó a la capital durante el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, cuando las prominentes familias de antaño se vanagloriaban de tener colecciones de platería expuestas en sus salas.

Este hombre trabajó en los negocios de los Gutiérrez Vega y de Héctor Peña, famosos en la época. Fue ahí donde tardes enteras era acompañado por su hijo, ahora considerado como el mejor en platería tradicional del país.

"En un taller que tenía mi padre, en la calle 63 con 9a., me enseñó a cincelar, aunque era resistente a que yo terminara ejerciendo su oficio", dijo José Luis, quien guarda con cariño todas las herramientas que heredó de su familia.

Era pésimo en el colegio. De hecho, terminó su bachillerato a los 20 años pero sus manos siempre fueron 'cacharreras', virtud que le permitió esculpir la plata con una habilidad innata que nunca tuvo para las extenuantes clases académicas.

Metido en talleres y observando cuidadosamente cada repujón, mejoró su técnica hasta que viajó a Europa a tomar un curso promocionado por el Gremio de Artesanos de Madrid, durante dos años. "Estudiaba 4 horas y luego trabajaba haciendo escudos de souvenir.

También, hice un curso de pintura que me permitió mejorar mucho más en mi oficio". De vuelta a Colombia tenía un propósito claro: independizarse. Cruzado de brazos y sin un sólo cliente logró su cometido en 1996.

Ayudado por mercaderes de arte pudo conocer a Germán Artunduaga, un hombre de sociedad que amaba la platería pero que, paradójicamente, le pidió arreglar una lámpara. "Este hombre tenía una vitrina inmensa de piezas de plata y cuando se enteró que yo me dedicaba al oficio me pidió que hiciera una sopera que no se pareciera a la de ninguna otra persona en Bogotá. Yo, sin un peso para llevarla a cabo, le dije que sí", contó José Luis.

Artunduaga, luego de verla terminada, fundió piezas de su colección para que José Luis le esculpiera nuevas obras de arte. "Él me ayudó a hacer muchos contactos en galerías y anticuarios".

Fue tan exitoso con sus piezas que lo llamaron para trabajar en Popayán en la restauración del Teatro Municipal y luego adaptando la platería a las arcas procesionales de Semana Santa, en 1997. "Este último fue un trabajo muy dispendioso y profesional. No se imaginan la cantidad de artesanos que trabajan en ello".

Hoy, José Luis es quien hace la corona que todos los años le entregan a la señorita Colombia y en su cotidianeidad se enclaustra en un taller de Chapinero repleto de relojes antiguos, cajas de música y anticuarios que como pocos, puede reparar.

También es profesor en la Escuela de Artes y Oficios Santo Domingo a la que describe como un sitio 'mágico', en donde personas de todas las edades y perfiles aprenden un oficio. Por estos y otros logros el bogotano José Luis Marian Villar fue elegido este año como el mejor artesano tradicional de Colombia.

Reconocimiento otorgado al Maestro Hermes Romero Vidal por su trabajo en Marroquinería Campechana
(Paz de Ariporo - Casanare)

Gestor cultural de la región de Paz de Ariporo, instrumentista, cantante, historiador. Artesano por convicción desde hace más de 30 años.

De niño aprendió en casa el oficio de la artesanía llanera. De su padre, quien era cantador y músico, y de sus hermanos, aprendió a hacer las sogas y los cabestros  que se requerían para las labores del campo.

Desde temprana edad guardaba las artesanías que hacía con su familia, y cuando lo llamaban a exposiciones las llevaba. En aquellas exposiciones entendió que la artesanía podía venderse y comercializarse, también podía enseñarles a otros el oficio artesanal.

En sus inicios como artesano, Hermes, trabajaba la artesanía por necesidad, ahora lo hace por amor a la cultura. 

Actualmente su interés es investigar la vida de llanero, escuchar de los viejos,  ya que según él “el que es agradecido con su tierra,  guarda la memoria cultural".

Fue presidente de la ASOARTE Llano y Folclor, asociación dedicada a la comercialización de artesanías y de espectáculos de la cultura llanera. Perteneció a clubes de coleo, a colegios de jueces de la Federación Colombiana de Coleo y a la Red de Artesanos de la Orinoquía.

Participó en la convocatoria “Eclosión”, entre aproximadamente 400 empresas y clasificó dentro de las primeras 50.

En 2009 participó en el Carnaval de Barranquilla como expositor invitado, en 208 y 2007 en las Ferias de Yopal y en 2004 en la Primera Feria de Artesanos Productores de Casanare, entre otros eventos.

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