Del bejuco a la caña brava

Por Sistema de Información para la Artesanía - Siart.

 Del bejuco a la caña brava, Riosucio
Del bejuco a la caña brava - Imagen: Artesanías de Colombia

Caldas, territorio con gran riqueza en técnicas, oficios y materias primas vitales para la elaboración de diversos productos artesanales, es uno de los departamentos en los que Artesanías de Colombia, está presente a través de su Laboratorio de Innovación y Diseño, el cual ha venido apoyando el sector artesanal mediante la asesoría y capacitación en temas de diseño, desarrollo de producto,comercialización y participación en eventos feriales. 

Justamente a través del Laboratorio, Artesanías de Colombia ha sido testigo de una transición importante en la materia prima con la cual, artesanos Embera Chamí del ancestral  territorio de San Lorenzo, ubicado en el municipio de  Riosucio, Caldas, elaboran los icónicos canastos del municipio. 

Se trata de la caña brava, una fibra con la que ahora, los artesanos tejen estos productos. Tradicionalmente, los canastos eran elaborados en bejuco y se empleaban para recolectar y transportar alimentos de un lugar a otro. Sin embargo, la obtención de bejucos en San Lorenzo se limita a algunos lugares de difícil acceso para los artesanos cesteros que tejen este tipo de canastos. 

Por ello, la comunidad comenzó a diversificar la técnica de cestería en bejuco cambiando la materia prima básica por una planta abundante y de fácil consecución en esta zona: la caña brava. Para reemplazar la resistencia estructural del bejuco, los artesanos utilizan la vena de la hoja de caña brava con parales y para tejer sobre esta estructura, emplean el cogollo del centro de la planta, que es flexible y de tacto suave. 

La caña brava además, sirve para dar estructura a los techos de las viviendas de esta comunidad, que emplea los tallos de la planta para así, aprovechar al máximo este recurso natural.

Los municipios caldenses de Riosucio y Supía, son reconocidos por su calidad en el oficio de la tejeduría en caña brava. Allí, artesanos indígenas Embera Chamí, combinan la cestería y el tejido en chaquiras con sus actividades cotidianas, y junto al Laboratorio de Innovación y Diseño de Artesanías de Colombia, han consolidado la cestería en caña brava como uno de los oficios predominantes y que año a año, muestra su evolución en nuevos productos de gran calidad. 

Mayores informes

Alejandro Alberto Agudelo Holguín
Laboratorio de Innovación y Diseño de Caldas
Artesanías de Colombia
Correo electrónico: labcaldas@artesaniasdecolombia.com.co 

Caldas, territorio con gran riqueza en técnicas, oficios y materias primas vitales para la elaboración de diversos productos artesanales, es uno de los departamentos en los que Artesanías de Colombia, está presente a través de su Laboratorio de Innovación y Diseño, el cual ha venido apoyando el sector artesanal mediante la asesoría y capacitación en temas de diseño, desarrollo de producto,comercialización y participación en eventos feriales. 
Justamente a través del Laboratorio, Artesanías de Colombia ha sido testigo de una transición importante en la materia prima con la cual, artesanos Embera Chamí del ancestral  territorio de San Lorenzo, ubicado en el municipio de  Riosucio, Caldas, elaboran los icónicos canastos del municipio. 
Se trata de la caña brava, una fibra con la que ahora, los artesanos tejen estos productos. Tradicionalmente, los canastos eran elaborados en bejuco y se empleaban para recolectar y transportar alimentos de un lugar a otro. Sin embargo, la obtención de bejucos en San Lorenzo se limita a algunos lugares de difícil acceso para los artesanos cesteros que tejen este tipo de canastos. 
Por ello, la comunidad comenzó a diversificar la técnica de cestería en bejuco cambiando la materia prima básica por una planta abundante y de fácil consecución en esta zona: la caña brava. Para reemplazar la resistencia estructural del bejuco, los artesanos utilizan la vena de la hoja de caña brava con parales y para tejer sobre esta estructura, emplean el cogollo del centro de la planta, que es flexible y de tacto suave. 
La caña brava además, sirve para dar estructura a los techos de las viviendas de esta comunidad, que emplea los tallos de la planta para así, aprovechar al máximo este recurso natural. 
Los municipios caldenses de Riosucio y Supía, son reconocidos por su calidad en el oficio de la tejeduría en caña brava. Allí, artesanos indígenas Embera Chamí, combinan la cestería y el tejido en chaquiras con sus actividades cotidianas, y junto al Laboratorio de Innovación y Diseño de Artesanías de Colombia, han consolidado la cestería en caña brava como uno de los oficios predominantes y que año a año, muestra su evolución en nuevos productos de gran calidad. 
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Alejandro Alberto Agudelo Holguín
Laboratorio de Innovación y Diseño de Caldas
Artesanías de Colombia

Correo electrónico: labcaldas@artesaniasdecolombia.com.co 

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