Chinchorros, mochilas y encierro: historia de las Wayúu

Por Expoartesano 2017

Comunidad Wayúu en Expoartesano 2017
Comunidad Wayúu en Expoartesano 2017 - Imagen: Artesanías de Colombia

"...Wale’ Kerü es la araña, la única que enseñó a las wayúu. Haciendo caminitos les mostró la forma de tejer y crear los dibujos…".

La llegada de la primera menstruación constituye un gran cambio en la vida de las mujeres wayúu, quienes deben pasar por un prolongado periodo de encierro, a veces tan prolongado como mil días sin ver el sol. Hablamos de hasta tres años dedicados a aprender la sabiduría del tejido wayúu y a entender que su reclusión hará de ellas unas mujeres dignas y respetadas, capaces de conformar una familia.

Este encierro conlleva también la adaptación a una exigente rutina de enseñanza y a una alimentación a base de chicha de maíz y ahuyama, lo cual no resulta fácil para quienes, en la mayoría de los casos, son aún muy niñas; de hecho, algunas intentan escapar. Con el tiempo, y gracias a la paciencia de sus guías –abuelas, madres, tías–, la mayoría logra entender el porqué de su aislamiento y terminan convirtiéndose en discípulas de Wale’ Kerü (la araña), ese ser mitológico que le regaló los secretos del tejido a su pueblo.

Durante su encierro, resulta fundamental que las mujeres alcancen a dominar el arte de tejer chinchorros con hilaza de algodón, lo cual les garantiza que en un futuro podrán tejerlos para su marido y sus hijos. Hacer mochilas es un complemento de sus virtudes como artesanas, además de una manera de descansar después de los cuatro meses de gestación que, como mínimo, necesita un chinchorro.

Sentir el sol en su piel después de los años de encierro es la mejor recompensa, que las deja, además, listas para casarse, aunque deben esperar hasta encontrar un esposo que pueda pagar con chivos, mulas o caballos la dote que sus padres exigen.

Las activas mujeres wayúu están acostumbradas a enfrentar largas jornadas: se levantan de madrugada, cumplen con los deberes de sus hogares y luego tejen por horas; una actividad que desarrollan en silencio, con la convicción de plasmar en el tejido la alegría y la tristeza de la mujer wayúu.

El tejido wayúu es rico en diseños tradicionales o kaanás (arte de tejer dibujo), técnica ancestral que se remonta al periodo precolombino, empleada en la elaboración de piezas que, por su belleza y colorido, son las más apreciadas entre la comunidad. Se trata de la expresión más auténtica del modo como los wayúu interpretan y abstraen elementos de su mundo material, de su cotidianidad, para crear figuras estilizadas de gran simbolismo, generalmente composiciones geométricas que se repiten a lo largo de los tejidos.

Cada diseño, realizado con una composición geométrica, simboliza un pedazo de su cultura. Hay kaanás que representan la abuela de los animales, las constelaciones de estrellas, el caparazón de las tortugas, los genitales del asno, el rastro de la serpiente o el ojo de un pescado.

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