Fuerza femenina

Lo primero que hace Angélica cuando arranca el día, es alistar a su hijo menor para llevarlo al colegio. Después desayuna junto a su esposo y se sienta a trabajar, ya en el taller, ella concentra todo su talento en preparar el material, cortar laminillas, pegar minuciosamente y dar vida con sus manos, a una técnica artesanal característica de San Juan de Pasto: el enchapado en tamo.

Angélica Chiles tiene 41 años y desde su época de colegio, tuvo una afinidad particular con el trabajo manual. Por esa época, conoció a Pilar, una chica que le enseñó los primeros pasos en el enchapado en tamo y junto a ella, Angélica aprendió el grado de detalle de esta técnicaen un taller informal con Antonio Mora. 

Después de esta experiencia, Angélica empezó a trabajar en el taller de Miguel de la Cruz, junto a él, se animó a innovar en los diseños de los decorados: “nosotras sólo hacíamos un paisaje que se veía un poco rudimentario, pero empezamos a crear paisajes más completos, con campesinos y con más profundidad”

Pasados tres años, se vinculó al taller de Diego de la Cruz y con él, comenzó a crear texturas, cambios de colores en las figuras, figuras precolombinas, tejidos en distintas posiciones y con curvas: “con él trabajé por 15 años y de allí, salí a mi propio taller artesanal”. 

Tamo de Oro. Así se llama el taller que Angélica decidió emprender y en el cual, junto a su esposo, crea piezas que con el paso de los años, ya demuestran una identidad propia con diseños que se caracterizan por su singularidad y fuerza femenina, justamente esa misma que en sus palabras: “se necesita para sacar adelante todo lo que queremos”. 

Es esa fuerza femenina la que, permite no sólo a Angélica sino a las mujeres nariñenses, dar forma y mantener viva con sus manos, una técnica cuyo nombre ha trascendido de la mano de hombres como Miguel y Diego de la Cruz; quienes en sus talleres artesanales, siempre han contado con la delicadeza de las manos femeninas. 

“Nosotras somos la mano trabajadora que no se queja”, afirma Angélica. Las artesanas dedicadas al enchapado en tamo, son también las manos que imprimen belleza a los hilos dorados del trigo. Desde Tamo de Oro, Angélica crea productos novedosos con la cotidianidad de la vida: “hago espirales inspiradas en las gotas de lluvia que van cayendo en el agua misma”. 

“A mi siempre me dicen: las mujeres y los hombres son iguales, pero yo siempre he dicho: no, nosotros tenemos nuestras diferencias, porque en teoría, mientras los hombres sólo se encargan de sostener un hogar, nosotras podemos hacer muchas más cosas al mismo tiempo”. 

Fuerza femenina es lo que refleja el enchapado en tamo. Su minuciosidad y detalle, sólo pueden ser muestra de la delicadeza y decisión que una mujer artesana colombiana, es capaz de imprimir en su vida diaria, en su trabajo y en su hogar. 

¡Feliz día, mujeres!