Por Sistema de Información para la Artesanía - Siart. jueves 7 de junio de 2018
Detrás de una de las fibras naturales con la que se elaboran bellas artesanías: el werregue, hay un maravilloso mito Wounaan ¡Conózcalo!
En Chocó se le conoce como weguer, en Antioquia como werregue o chuga y en Nariño como guinul. En esta palma, se tejen una de las artesanías más emblemáticas de nuestro país y algunos de los objetos imprescindibles en la casa de los indígenas Wounaan: los cántaros en werregue.
Estas piezas artesanales elaboradas en weguer, una palma de tronco espinoso que alcanza los 20 metros de alto y cuya extracción es todo un arte que los Wounaan dominan pidiendo permiso al dueño espiritual del werregue, Jai, para evitar enfermedades; tienen origen en el mito narrado por Celso Piña, acerca de una disputa entre “Ewandam” el Dios creador de los Wounaan y el diablo “Dosat”.
Después de que el Dios Ewandam creó a los Wounaan en el Chocó, les dijo que no era necesario que trabajaran porque él se ocuparía de su bienestar. Para ello, creó una planta: “El Plátano de Dios”, de la cual cortaba los plátanos con los que alimentaba a sus hijos.
Un día, Ewandam fue en búsqueda del vestido para sus hijos, y durante su ausencia, Dosat (satanás) visitó a los Wounaan para convencerlos de que aprendieran a trabajar con el argmento de que, en caso de que Ewandam no regresara, ¿quién cortaría los plátanos para ellos?
Fue así como Dosat enseñó a los Wounaan a trabajar y cultivar, les regaló un machete y un hacha con las cuales, los hijos de Ewandam derribaron árboles y palmas.
Cuando Ewandam regresó, encontró a sus hijos trabajando y tras averiguar quién les había dado las herramientas buscó encontrarse con Dosat, quien creyéndose más poderoso, le propuso una competencia: salar el agua del mar.
Para lograrlo, Dosat vertió un barco lleno de sal en el mar, pero las aguas se mantuvieron dulces. Ewandam en cambio, tomó una cucharada de sal, la vertió en el mar y éste inmediatamente quedó salado. En su propósito de demostrar quién era más poderoso, Dosat creó la platanilla en vez del plátano y la caña brava en vez de la caña de azúcar.
Fue así como nació el weguer. En esta contienda, Ewandam creó la palma de chontaduro y Dosat, la de weguer; que aunque no produce fruto alguno; sí fue aprovechada por los Wounaan para crear cántaros con figuras antropomórficas y zoomórficas que cuentan relatos de la selva, de lo que ven y viven a diario.
Con el tiempo, este pueblo habitante de la costa pacífica colombiana, ha mejorado la técnica de su tejido y en la actualidad elabora platos, tazas, bandejas bolsos y fruteros en werregue.
Al principio, los Wounaan derribaban la palma de werregue; no obstante, hace más de diez años y con el acompañamiento de Artesanías de Colombia, los artesanos de esta comunidad han racionalizado su extracción a partir del corte de cogollos con herramientas especiales.
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* Fuente: mito narrado por Celso Piña, profesor de la Escuela Centro Indígena La Unión de Pichima, en el Litoral del San Juan en Chocó.
Disponible en el repositorio de la Biblioteca Digital de Artesanías de Colombia.
"..Ewandam fue en búsqueda del vestido para sus hijos, y durante su ausencia, Dosat (satanás) visitó a los Wounaan para convencerlos de que aprendieran a trabajar con el argmento de que, en caso de que Ewandam no regresara, ¿quién cortaría los plátanos..."
Me encanta la publicacion. Esta me ha permitido conocer y conseguir informacion para trabajar con mis estudiantes.
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