Colombia Artesanal: la Chamba, magia en cada pieza
Por Sistema de Información para la Artesanía - Siart.
Desde hace más de trescientos años los artesanos de la La Chamba han encontrado en la cerámica, no solo la forma de obtener recursos para su sustento, sino también la manera de darle a conocer al mundo su cultura y sus tradiciones.
Mediante el uso de diversas técnicas de producción, la creatividad y talento de nuestros artesanos se ha visto reflejada en valiosas piezas artesanales que llegan a diferentes zonas del país, con un sello único de tradición y originalidad.
Piezas emblemáticas
Los artesanos de La Chamba aprovecharon los materiales que la tierra les ha brindado para crear piezas en las que aparte de transportar alimentos o bebidas, llevan consigo la historia y tradiciones de su pueblo, convirtiéndose de esta forma en objetos emblemáticos.
La más reconocida es la múcura, un recipiente mediano de la familia de los cántaros (recipiente para conservar líquidos), que era utilizada para recoger y almacenar agua y otras bebidas. Se piensa que esta pieza es una representación de la figura femenina, resaltando a la mujer en estado de embarazo.
Otra pieza emblemática es la “olla” que ha sido acogida en todo el país como un utensilio para preparar las comidas tradicionales.. Esta olla se elabora en diferentes tamaños, es redonda con una base plana, agarraderas (orejas) y tapa.
También se destacan las gallinitas de barro, un cofre de forma redonda con tapa, en la que ambas piezas tienen la figura de una gallina. Tradicionalmente estas gallinas de barro se les regalan a las niñas con objetos en miniatura como ollas, múcuras, vasos, platos u olletas, para que jueguen con ellas. Dentro de la cocina se usan como salseras y ollas.
Figuras ancestrales como el Mohán, que es modelado a mano sentado sobre una piedra fumando tabaco, y piezas como bandejas o demás objetos utilitarios con formas de peces, se elaboran en La Chamba debido a que esta vereda se encuentra cerca al Río Magdalena.
“La diosa del sol”, es un producto elaborado por la artesana Ana María Cabezas y es considerada como un símbolo insigne de la cerámica tradicional de La Chamba. Los premios que tanto la pieza como la artesana han recibido a nivel nacional, han contribuido a que el territorio sea reconocido como un gran centro artesanal.
Técnicas que construyen tradición
Para que las piezas artesanales de La Chamba cobren vida, los artesanos han hecho uso de diferentes técnicas y procesos de producción. El proceso se da desde la extracción y preparación del barro, pasando por las técnicas de elaboración, hasta el horneado y el almacenamiento.
Existen tres tipos de cerámica en esta vereda: la negra, la roja y la rústica o sin barnizar. Para estas, los artesanos utilizan tres clases de barro: liso oscuro, arenoso gris y arcilla roja.
La arcilla es extraída en minas y algunos yacimientos de La Chamba o del municipio de Suárez, y generalmente la extracción la realizan los hombres quienes también proceden a prepararla para ser utilizada en la creación de artesanías.
Debido a la características de las pastas de barro que se usan en La Chamba, es posible utilizar solo dos tipos de técnicas: el modelado y el moldeado, lo que permite que la tradición en cuanto a la creación de su cerámica permanezca.
El modelado, la técnica tradicional más utilizada, se lleva a cabo por medio del manejo del barro directamente con la mano y con el uso mínimo de herramientas, y la creatividad y la habilidad del artesano son fundamentales. Con esta se forman acabados como las orejas de las ollas o las figuras como gallinas, peces o mohanes.
Otro tipo de modelado es el de “pellizco” que consiste en darle forma a una bola de barro con la presión de los dedos; y el modelado en “rollo” es utilizado para dar altura a los objetos formando cilindros de barro y pegándolos uno sobre otro para después alisarlos. Con esta técnica los artesanos elaboran jarrones o floreros.
El moldeado sobre barro se lleva a cabo por medio de la creación de moldes en barro cubiertos con arcilla seca, para luego verter sobre éstos la materia prima preparada. Cabe resaltar que aún existen artesanas que se apoyan en sus manos para hacer uso de estos moldes.
En ocasiones se utilizan dos moldes para una misma pieza que es elaborada en dos partes: “primero se moldea y luego se añaden los otros elementos como las orejas y las asas” (Cuadernos del barro).
Una piedra o el caparazón de una tortuga, son algunos de los otros materiales que se utilizan para crear objetos con la técnica del moldeado, manteniendo así la tradición de una comunidad artesanal creativa y emprendedora.
Si hablamos de los acabados es importante recalcar que el “bruñido” (darle brillo a la cerámica puliéndola) y el “barnizado con barro rojo”, son las técnicas que diferencian la cerámica de La Chamba con la de otras regiones.
Luego de esto, las piezas son quemadas en hornos hechos de barro a temperaturas entre los 700c y 750c por dos o tres horas y si se desea que éstas obtengan un color negro se procede al ahumado.
La decoración no es un proceso obligatorio en la cerámica de La Chamba, pero en algunas ocasiones, la aplicación de pigmentos y pinturas de colores en la cerámica acabada, se convierte una manera de innovación para las artesanas de la región.
Finalmente, La Chamba es un mundo artesanal en el que el rojo y el negro del barro se complementan, para darle vida a los pensamientos y las costumbres ancestrales de un pueblo que ha logrado traspasar fronteras con productos que nos muestran la grandeza de nuestra Colombia Artesanal.
Especial realizado por el Sistema de Información para la Artesanía Siart, de Artesanías de Colombia.
Fuente: ”Los cuadernos del barro”, La Chamba, donde el río pasa entre loza negra y roja, 2014, Ministerio de Cultura, Fundación Tridha.