Oficios artesanales: claves en la economía de Nariño

Nariño es una región caracterizada por varios oficios tradicionales, en sus 64 municipios se destacan actividades como la tejeduría, la talla en madera y la marroquinería, esta última se ha convertido en una actividad que genera el 70% de los ingresos económicos en la región. Motivo que llevó a la Organización Internacional para las Migraciones –OIM- a fijar sus ojos en Belén y Colon, y darle paso al proyecto: ‘Artesanos productivos y competitivos construyendo paz en la subregión del río Mayo’.

Un proyecto con gran acogida que surgió en enero de 2016, y que se ha convertido en un caso de éxito gracias a su objetivo principal: unir a artesanos, agricultores y comercializadores para trabajar en conjunto por fortalecer la producción artesanal, rescatar los oficios artesanales y crear diversas líneas de productos y accesorios en materias prima como el cuero vegetal, que no impacten el medio ambiente.

La iniciativa lleva el 50% de desarrollo y hasta el momento 320 personas se han beneficiado de la región. Adicionalmente el proyecto ha logrado:

- Posicionar entre los productores y artesanos a la iraca como una materia prima.    principalmente y rentable, después del café.
- Mitigar la comercialización ilegal y contrabando de la Iraca.
- Mejorar la calidad de vida de las tejedoras y duplicar sus ingresos.
- Focalizar la mirada de los compradores en el trabajo de esta región
- Convertirse en el proyecto más grande y exitoso en asociación entre la OIM y Artesanías de Colombia.

La política de este proyecto siempre ha sido ‘no dar lo que no se necesita’, indica Jorge Mejía de Artesanías de Colombia, es por esto que desde el inicio se proyectó como una idea que palpara los verdaderos déficits y necesidades de la región, obteniendo una metodología que funciona de acuerdo al comportamiento de las comunidades y que da respuesta a sus necesidades en tiempo real, generando grandes resultados.

Uno de los grupos beneficiarios han sido 144 productoras de sombreros en palma de Iraca, quienes bajo la guía de 7 maestras artesanales han aprendido y aplicado 7 técnicas diferentes para su elaboración, generando nuevos conocimientos y logrando que el valor del producto se duplique luego del acompañamiento y gestión del proyecto.

Asimismo 22 agricultores, ya que la iniciativa gestó un plan para aumentar la producción de palma de Iraca, cuyo índice de producción se encontraba en déficit, pero que poco a poco ha logrado alcanzar 40 hectáreas de plantación. Se espera que a diciembre de 2017 la meta sean 70 nuevas hectáreas.

Además, de tener un enfoque de género diferencial, donde el 60% de sus integrantes son mujeres y jóvenes, el proyecto también tiene la idea de brindar nuevas herramientas estratégicas como el tema de marca, donde se contó con el apoyo del programa de 'Propiedad Intelectual' de Artesanías de Colombia, para hacer todo el proceso de registro y  trabajar por el sello de calidad que permitirá la exportación de estos productos en el futuro.

Una de las fortalezas de esta idea, ha sido que tiene una metodología asertiva, incluyente y autosostenible, en la cual inicialmente se invirtieron 900 millones de pesos y que a lo largo de año y medio se ha convertido en un ingreso de 4.000 millones de pesos gracias a la gestión de Artesanías de Colombia, El Ministerio y el Banco Agrario.

El éxito de este proyecto a la fecha de hoy es indiscutible, logrando captar al menos 150 clientes potenciales y que los productos de estos creadores artesanales estén presentes en eventos como Expoartesanias, el carnaval de negros y blancos en Pasto, la feria de Pitalito y Expoartesano, feria que se realizará del 17 al 23 de abril en Medellín.

A futuro, se espera que entren en vigencia más proyectos que adopten la misma metodología, donde se fortalezcan más cualidades estratégicas y se dé un modelo comercial que le permita a los compradores contactarse directamente con los fabricantes para que sean ellos mismos quienes manejen el crecimiento de la producción y el sector artesanal.