De la guadua nace un enchapado
Por Sistema de Información para la Artesanía - Siart.
Su nombre es Julián Martínez, vive en Circasia y está convencido de que “el Eje Cafetero no solo es café, también es guadua”. Julián es artesano y artista plástico y por allá en 1998, cuando cursaba apenas el cuarto semestre de la Licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad Tecnológica de Pereira, comenzó a experimentar con la hoja caulinar.
Se trata de la hoja de capacho o bráctea que recubre la guadua, es de color negro y tiene una pelusa. A partir de los proyectos que Julián desarrolló con la hoja caulinar, se propuso plantear esta fibra como materia prima en el ámbito artístico y artesanal en su tesis; elaboró diferentes productos entre los cuales había 17 cuadros y al final, este proceso de enchapado con hoja caulinar, le mereció una tesis laureada que lo motivó a seguir trabajando.
Así que nació Caulinarte, la iniciativa empresarial de Julián a la que con el tiempo, se fueron adhiriendo sus hermanos, artesanos de la guadua quienes cada día, sentían más y más interés por el enchape con hoja caulinar. Hoy, la empresa cuenta con 16 artesanos que Julián describe como: “una familia muy laboriosa, con una destreza manual muy desarrollada”.
Cuadro enchapado en hoja caulinar. Cortesía: Caulinarte
En 2016, Caulinarte participó en Expoartesanías y en 2018 lo hizo en la feria Expoartesanal en Armenia. Según Julián: “uno de los logros más importantes que he tenido con esta técnica, es haber viajado a Japón y a Ecuador para compartir lo que hemos creado en Circasia”.Actualmente Caulinarte elabora libretas, cuadros en diferentes formatos, soportes para vinos y servilleteros.
“También estamos haciendo muchas placas conmemorativas para eventos y reconocimientos; y si bien nos dedicamos a plasmar aspectos característicos de la región, se han puesto de moda las imágenes de mascotas como perros y gatos”.
El enchape con hoja caulinar
Pero ¿de qué se trata el enchape con hoja caulinar? En palabras de Julián Martínez: “consiste en utilizar este capacho de la guadua en los acabados de artículos decorativos, obras de arte y artesanías”.
Su proceso inicia con la preparación de la fibra. Primero, los artesanos van hasta el guadual para seleccionar y recolectar personalmente los capachos, pues no todos sirven: “es importante que la hoja esté recién caída, que su borde refleje un buen estado y que ni el sol ni el agua, la hayan deteriorado”, aconseja Julián.
Después de seleccionarla y estando todavía en el guadual, los artesanos realizan el “corte”, es decir, extraen las partes más flexibles de la hoja. La tercera tarea es utilizar un cepillo delgado para quitar las pubescencias del capacho, “que son como los chucitos o pelitos diminutos de la hoja”.
Una vez la hoja está limpia, se tintura sumergiéndola durante doce horas en el tinte, que se prepara con solución y anilina. Finalmente, cada hoja se deja secar a la sombra y así queda lista para trabajar.
Habiendo preparado la fibra, el enchapado se realiza sobre productos elaborados generalmente en madera o aglomerado y cuya superficie no haya sido lijada. Ahora bien, según el diseño del producto, los artesanos recortan laminillas de hojas caulinares según las piezas o figuras que quieren lograr, utilizando tijeras o bisturí sobre una superficie dura. Finalmente y una a una, las laminillas recortadas se pegan sobre la superficie a enchapar, utilizando un pegante epóxico.
Láminas de hoja caulinar para enchapado. Cortesía: Caulinarte
Los acabados del enchape son básicamente dos: la limpieza de los sobrantes de pegante sobre la superficie del producto; y el repujado y pirograbado empleando herramientas manuales como punzones (repujado) o termoeléctricas como cautín o pirograbador (pirograbado), en los puntos de unión de las laminillas.
Una técnica que se abre paso
Paulatinamente, a esta técnica de enchapado con hoja caulinar se han adherido artesanos de la región como los miembros de la Asociación de Artesanos del Quindío, que está ubicada en Armenia.
Aún son pocos los artesanos que se dedican a esta técnica, pero gracias a distintas iniciativas como la del SENA, que ha impartido breves cursos sobre el enchapado con hoja caulinar, ya se está dando a conocer en el departamento.
En el municipio de Circasia, algunos colegios como el San José han optado por enseñar el enchapado con hoja caulinar y para fomentar esta actividad, Caulinarte regala la materia prima. “Otro colegio en Armenia también comenzó a trabajar la técnica, me contactó una profesora, y yo fui a dar unas charlas sobre el enchapado en hoja caulinar” afirma Julián Martínez.
En la región y junto al Laboratorio de Diseño e Innovación de Quindío, Artesanías de Colombia apoya y asesora a los artesanos que desarrollan esta técnica, en aspectos como el diseño, el manejo del color y las aplicaciones de la hoja caulinar en diversos productos.
El uso y aprovechamiento de la guadua en productos artesanales y acabados como el enchape en hoja caulinar, significa una revalorización del patrimonio cultural del Eje Cafetero.
Y usted ¿imaginó que de la Guadua podría nacer un enchapado?
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