Por Sistema de Información para la Artesanía - Siart. viernes 31 de agosto de 2018
El municipio boyacence de Ramiriquí es el lugar donde hoy, una pareja de artesanos que selló su amor hace 45 años, teje su vida en torno al fique y a la cestería en gaita.
Luis Antonio Rivera, oriundo del municipio de Ciénega en Boyacá y Celia María Soler de Rivera, quien nació en el también municipio boyacence de Zetaquirá; llevan casados 45 años. Su familia hoy, está radicada en Ramiriquí y está conformada por cinco hijos.
La historia de la familia Rivera Soler gira en torno a dos de los oficios más bellos que encontramos en el departamento de Boyacá: la tejeduría en fique y la cestería en gaita.Cuando decidieron unir sus vidas, Luis y Celia siempre tuvieron claro cómo iniciar un negocio para sostener su casa y sacar adelante a los hijos que les regalara la vida.
Por herencia, Luis conoce el oficio de tejeduría, lo aprendió de su abuelo y de su padre, quienes eran diestros tejedores de cobijas y ruanas, desde pequeño, ayudaba a elaborar las cañuelas (soporte donde va la lana que hace la trama en el tejido) y a sus 15 años, empezó a dedicarse con mayor interés a lo que sería el oficio de su vida.
Con el fin de elaborar empaques en fique para los granos que se comercializaban en las plazas de mercado de la región en la década de los 70, Luis creó su propio telar horizontal. Allí nació toda una aventura para tener una hiladora y con su gran ingenio, creó su primera herramienta hiladora con trozos de madera y tornillos.
A medida que pasó el tiempo y empezó a tener más encargos, Luis vio la necesidad de construir diversos telares para ofrecer más productos. Al ver tal diversidad, Celia y Luis decidieron implementar una máquina de coser en su taller, para bordar sobre la tela de fique,técnica que hoy le imprime identidad propia a todos sus producto. Así, en medio de su cotidianidad como pareja, Celia y Luis iniciaron un trabajo en conjunto que con el tiempo, incluyó también a sus hijos, quienes también aprendieron el oficio.
Aunque desde que decidieron casarse, ambos tenían clara la idea de este emprendimiento artesanal juntos; no fue sino con el paso de los años, que Luis y Celia decidieron llamar a su taller “Natural Fique”, unidad productiva que gira entorno a la transformación del fique porque su gran inspiración es el legado que recibieron y buscan dejar a su familia, de manera natural.
Este legado es para Celia y para Luis, el que buscan mantener y compartir también con su comunidad. Por eso, también enseñan el oficio a otras familias interesadas en la tejeduría en fique. De esta manera, nuevos hogares tejen la posibilidad de generar una ingreso económico adicional.
Natural Fique hoy cuenta con 23 máquinas elaboradas por Luis y con los materiales que tiene a su alcance. Con gran imaginación e iniciativa conjunta, Luis y Celia han mantenido su taller y lo ven en el futuro, exportando sus productos, piezas artesanales que aportan de manera significativa a que tengamos un mundo sostenible, ya que son biodegradables.
A través de su Laboratorio de Diseño e Innovación en Boyacá, Artesanías de Colombia ha trabajado con Luis y Celia en el desarrollo de propuestas en mejoramiento de producción y diseño; y para el año 2018, con el proyecto “Fortalecimiento de la Actividad Artesanal en el Municipio de Ramiriquí” que se realiza en el marco del convenio firmado con La Fundación Oleoductos de Colombia, el Laboratorio de Diseño y Natural Fique lograron consolidar una propuesta de codiseño trabajando en bolsas de mercado y contenedores.
Con proyectos e historias como la de Luis y Celia, no sólo se mantiene viva la tradición artesanal de nuestro país, sino que se dinamiza la economía del sector. Por eso, en su tarea de fortalecer la labor de los artesanos colombianos, Artesanías de Colombia mantiene firme su compromiso de acompañar estas iniciativas e invita a entidades y ciudadanos, a apoyarlas.
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