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Juanita, tejedora de vida

Por Prensa, Artesanías de Colombia viernes 11 de junio de 2021

Juana Castillo deja un legado de perseverancia y empuje. Esta tejedora de Sandoná, Nariño, comenzó a tejer a los 7 años, creo su Taller de Tejedoras en 2004 con nueve artesanas y hoy lo conforman 228.

Artesana Juanita Castillo
Juana Castillo - Imagen: Artesanías de Colombia

“Yo amo estas pajas, yo amo este trabajo porque me permitió sobrevivir y trato en lo posible de ayudar”, dijo Juana Castillo en una entrevista a propósito del premio Mujeres Éxito que recibió en 2018 por su trabajo en la Asociación de Tejedores Juanita. Su vida se la entregó a la palma de iraca, a esa fibra con la que elaboraba sombreros, canastos, centros de mesa, individuales entre muchas otras artesanías. 
Llevaba 50 años tejiendo, aprendió a los 7 de su madre María Cecilia y su abuela Dolores. Era la mayor de los ocho hermanos y a su familia, donde nunca hubo un padre presente, fue la tejeduría la que los sacó adelante. “Me convertí en el esposo de mi madre para poder sacar a mis hermanos adelante”, afirmó en su última entrevista para la Cámara de Comercio de Pasto hace unas semanas.  Por falta de recursos nunca pudo ir a la escuela, pero eso no le impidió convertirse en una de las mejores maestras de su oficio. 
En 2004 fundó el Creaciones Artesanías Juanita, como todo el mundo le decía de cariño. Comenzó con nueve mujeres que poco a poco se convirtieron en 30, luego 60, para llegar a ser las 228 “Juanitas” – como son conocidas las mujeres que trabajaban con ella-, que hoy conforman la Asociación en la que se convirtieron en 2004.  
Fue una visionaria. Esta madre de tres hijos, se dio cuenta en el momento perfecto que para poder salir adelante había que unirse, que el trabajo colectivo haría más por su comunidad. “Las mujeres somos berracas y nos sabemos defender. Tenemos que ser echadas pa´lante y demostrar que la artesanía es un trabajo honrado y muy bonito”,  afirmó alguna vez.  
También, ya más adelante, reconoció los beneficios de constituir legamente su taller para así ampliar su oferta y poder llegar a grandes clientes, lo que traduciría en mayores ingresos para las más de 200 familias que se beneficiaban con el trabajo de su taller. Fue esto quizás lo que más satisfacción le daba: generar empleo y un sustento diario a las mujeres que tejían con ella. 
En 2012, y gracias a la gestión de Artesanías de Colombia, Juanita participó en el encuentro de liderazgo “10.000 Mujeres” que se llevó a cabo en Arizona, U.S.A.  En 2018 recibió la Medalla a la Maestría Artesanal, en la categoría Tradicional. 
Quienes la conocieron recordarán su dulzura y generosidad. En las ferias Expoartesano y Expoartesanías, en las que siempre participaba, su sonrisa entre sus coloridos sombreros, siempre daba la bienvenida. A sus compradores siempre regalaba un pequeño detalle, “para que vuelvan”, decía. Con ese mismo espíritu amplio y creativo crio a sus tres hijas, quienes a pesar de su pérdida, para honrar a su madre continuarán su taller.   
Para esta mujer que a sus 59 años deja un legado inmenso en la comunidad de Sandoná, la artesanía era todo. Su mayor orgullo y su mayor riqueza. Juanita sabía que tejer, más que elaborar una artesanía, era sinónimo de vida, pues gracias al oficio es que ella y sus 228 “Juanitas” lograron tener un sustento digno que les permitió salir adelante.

“Yo amo estas pajas, yo amo este trabajo porque me permitió sobrevivir y trato en lo posible de ayudar”, dijo Juana Castillo en una entrevista a propósito del premio Mujeres Éxito que recibió en 2018 por su trabajo en la Asociación de Tejedores Juanita. Su vida se la entregó a la palma de iraca, a esa fibra con la que elaboraba sombreros, canastos, centros de mesa, individuales entre muchas otras artesanías. 

Llevaba 50 años tejiendo, aprendió a los 7 de su madre María Cecilia y su abuela Dolores. Era la mayor de los ocho hermanos y a su familia, donde nunca hubo un padre presente, fue la tejeduría la que los sacó adelante. “Me convertí en el esposo de mi madre para poder sacar a mis hermanos adelante”, afirmó en su última entrevista para la Cámara de Comercio de Pasto hace unas semanas.  Por falta de recursos nunca pudo ir a la escuela, pero eso no le impidió convertirse en una de las mejores maestras de su oficio. 

En 2004 fundó el Creaciones Artesanías Juanita, como todo el mundo le decía de cariño. Comenzó con nueve mujeres que poco a poco se convirtieron en 30, luego 60, para llegar a ser las 228 “Juanitas” – como son conocidas las mujeres que trabajaban con ella-, que hoy conforman la Asociación en la que se convirtieron en 2004.  

Fue una visionaria. Esta madre de tres hijos, se dio cuenta en el momento perfecto que para poder salir adelante había que unirse, que el trabajo colectivo haría más por su comunidad. “Las mujeres somos berracas y nos sabemos defender. Tenemos que ser echadas pa´lante y demostrar que la artesanía es un trabajo honrado y muy bonito”,  afirmó alguna vez.  

También, ya más adelante, reconoció los beneficios de constituir legamente su taller para así ampliar su oferta y poder llegar a grandes clientes, lo que traduciría en mayores ingresos para las más de 200 familias que se beneficiaban con el trabajo de su taller. Fue esto quizás lo que más satisfacción le daba: generar empleo y un sustento diario a las mujeres que tejían con ella. 

En 2012, y gracias a la gestión de Artesanías de Colombia, Juanita participó en el encuentro de liderazgo “10.000 Mujeres” que se llevó a cabo en Arizona, U.S.A.  En 2018 recibió la Medalla a la Maestría Artesanal, en la categoría Tradicional. 

Quienes la conocieron recordarán su dulzura y generosidad. En las ferias Expoartesano y Expoartesanías, en las que siempre participaba, su sonrisa entre sus coloridos sombreros, siempre daba la bienvenida. A sus compradores siempre regalaba un pequeño detalle, “para que vuelvan”, decía. Con ese mismo espíritu amplio y creativo crio a sus tres hijas, quienes a pesar de su pérdida, para honrar a su madre continuarán su taller.   

Para esta mujer que a sus 59 años deja un legado inmenso en la comunidad de Sandoná, la artesanía era todo. Su mayor orgullo y su mayor riqueza. Juanita sabía que tejer, más que elaborar una artesanía, era sinónimo de vida, pues gracias al oficio es que ella y sus 228 “Juanitas” lograron tener un sustento digno que les permitió salir adelante.

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19 de abril de 2024 - Última actualización: 19 de abril de 2024

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