Por Sistema de Información para la Artesanía - Siart. lunes 5 de agosto de 2019
Tener una artesanía en casa es contribuir a la conservación de nuestras raíces y cuidarlas, es rendir homenaje a quienes dedican su vida a elaborarlas; por eso, le contamos qué puede hacer para cuidar estos cinco productos artesanales.
Tener una artesanía en casa es contribuir a la conservación de nuestras raíces y cuidarlas, es rendir homenaje a quienes dedican su vida a elaborarlas; por eso, le contamos qué puede hacer para cuidar estos cinco productos artesanales.
La mochila Arhuaca; el jarrón de werregue; la hamaca de San Jacinto; la cerámica de Ráquira y el canasto cuatro tetas, son artesanías que guardan la historia y los saberes de las comunidades que las elaboran. Piezas artesanales que por su belleza y tradición, todo buen seguidor de la artesanía colombiana, las ha utilizado para decorar sus espacios o las ha lucido, sin conocer exactamente la manera de cuidarlas.
Por eso, hablamos con: Cheyka Torres de la comunidad Arhuaca (Cesar); Arcenio Moya del pueblo Wounaan (Bogotá); Ludys Carbal de San Jacinto (Bolívar); José Ramón Sánchez de Ráquira (Boyacá) y Luis Ferney Mejía de la comunidad indígena Eperara Siapidara (Cauca), quienes nos dieron algunos consejos para que usted cuide y proteja estos cinco productos artesanales que ellos elaboran con dedicación y entrega, esa que desde casa, también puede poner en práctica para conservarlas mucho más tiempo.
¡Tome nota y aplíquelos!
La mochila Arhuaca es uno de los productos artesanales emblemáticos de Colombia; su material y tejido, la hacen una pieza resistente y para cuidarla, Cheyka Torres recomienda no introducir en ella elementos corto punzantes, ni cargarla con mucho peso para evitar que se rompa o se deforme. Entre sus consejos, ella considera que dos kilos, es el peso ideal que puede se poner a la mochila para salir a pasear por la ciudad o la playa.
En cuanto a su lavado, “cuando uno lava su mochila es porque ya está demasiado sucia; de hecho, uno casi no la lava” dice Cheyka. Así que cuando llegue el momento de hacerlo, use jabón suave y séquela a la sombra. Si quiere lavarla en lavadora, hágalo con confianza, pero tenga en cuenta que la lana puede encogerse y arrugarse al momento de secarse, por lo que se recomienda estirarla manualmente hasta que obtenga su tamaño original.
La tradicional hamaca de San Jacinto está elaborada en una sola pieza y requiere de cuidados específicos, como evitar dejarle a la intemperie, ya que la excesiva exposición al sol y al agua la deteriora; así como no ponerla en contacto con algún material o herramienta corto punzante porque puede sufrir cortes.
Si es una hamaca unicolor, lávela con agua y jabón ya que su color no cambiará. Puede hacerlo en lavadora, pero para proteger los cabezotes y evitar que se rompan, la recomendación de la artesana Ludys Carbal, es poner cada cabezote en una bolsa plástica o malla antes de introducirla a la máquina.
Por el contrario, si la hamaca lleva formas o tejidos de diferentes colores, es de rayas o de lampazos, lo más recomendable es lavarla en seco debido a que el agua la puede desteñir.
Si la hamaca está tejida en hilo de algodón, lo mejor es no recostarse en ella usando ropa húmeda, ya que sus prendas podrían quedar con restos del color de la hamaca; pero, si es tejida en hilo acrílico, no deberá preocuparse por esto.
No olvide instalar su hamaca en un lugar fresco, pero no húmedo. Si la lleva a su finca, evite ponerla debajo de los árboles porque como indica Ludys, el “sereno” la va deteriorando. Si lo hace, recuerde retirarla cuando ya no la vaya a utilizar.
Artesanos y artesanas de la comunidad Wounaan son los encargados de tejer en rollo las fibras de werregue hasta convertirlas en estupendos productos de cestería. Para proteger una pieza como estas, el artesano Arcenio Moya asegura que se debe poner en un lugar fresco, lejos de los rayos solares. El contacto con el sol hará que la fibra se queme y, por lo tanto, pierda su color y belleza.
Para quitarle el exceso de polvo y suciedad a una pieza de werregue, Arcenio recomienda hacerlo con un trapo húmedo. Evite el jabón y el agua porque la fibra vegetal se puede agrietar.
Lo mejor es no llenar el jarrón con objetos pesados o flores naturales. Ahora bien, si quiere usarlo como florero, recuerde utilizar únicamente flores artificiales o introducirle una botella plástica o de vidrio para que sea este, el recipiente que aloje el agua… ¡así podrá vestir su jarrón con flores vivas!
¿Quién no ha tenido una olla, una matera, una alcancía o un burrito de Ráquira? La cerámica tradicional de este municipio boyacense se caracteriza por su resistencia. Por esto, usted puede dejarla en exteriores y en contacto con el agua, sin que estos factores afecten la belleza del producto.
El artesano raquireño José Ramón Sánchez agrega que: “el principal cuidado que una persona debe tener con estos productos, es el embalaje al momento de transportarlos. Para esto, lo más recomendable es envolverlos en papel periódico, papel craft o en plástico burbuja, de lo contrario, las cerámicas podrían romperse”.
De igual forma, el artesano aconseja evitar que la pieza de cerámica esté en contacto con pinturas o elementos que la puedan manchar. Si esto sucede, no podrá quitarle las manchas debido a que la cerámica absorbe con rapidez cualquier sustancia líquida con la que haga contacto.
En caso de tener un pesebre, una figura religiosa o un burrito, se recomienda limpiarlos en seco constantemente para evitar que se le adhiera polvo a la pieza. Para hacerlo, don José Ramón recomienda utilizar un pincel, una plumilla o una bayetilla.
La paja tetera y el chocolatillo son las fibras vegetales que la comunidad indígena Eperara Siapidara utiliza para elaborar diferentes productos de cestería, entre los que se destaca el canasto cuatro tetas, una pieza que con sus formas y sobrios colores, ha logrado enamorar a colombianos y extranjeros.
Para conservar la belleza de este producto, el artesano Luis Ferney Mejía recomienda no dejarlo al aire libre, ni que tenga contacto con el agua o el sol. Si desea quitarle el polvo, hágalo con ayuda de un trapo o una plumilla.
Puesto que estos productos son diseñados para exhibirlos como decoración, evite cargarlos con exceso de peso. “Hay personas que lo llevan al supermercado para cargar sus compras, pero lo que no saben, es que este uso lo puede agrietar”, dice Luis Ferney; por lo que su recomendación, es dejarlo en un solo lugar o cargarlo con un peso aproximado de un kilo.
Y... ¿cómo empacar el canasto cuatro tetas si nos mudamos o queremos darlo como regalo? El consejo de Luis Ferney es empacarlo en una caja de cartón resistente, envolviéndolo previamente en plástico. Recuerde no doblarlo para que la fibra no se fisure.
En cuanto a la perdurabilidad de su color, Luis cuenta que tonos como el beige, el negro o el verde oscuro, no pierden su vivacidad con el paso de los años, debido a que estos son naturales; en cambio, los colores amarillo y rojo, siempre tienden a perder su fuerza con el tiempo, pero de forma tenue.
Si usted tiene en casa alguno de estos cinco productos, lo invitamos a seguir los consejos brindados por los artesanos, para que conserve y luzca con orgullo la artesanía de nuestra tierra.
Especial realizado por el Sistema de Información para la Artesanía - Siart, de Artesanías de Colombia.