Por Sistema de Información para la Artesanía Siart domingo 22 de junio de 2014
Artesanías de Colombia se une a la celebración del día del padre y se enorgullece de contar con el talento de tantos padres artesanos que día a día enseñan y transmiten las tradiciones colombianas.
Hoy se celebra el día del padre, una fecha muy esperada por todos para honrar a aquel ser que cuida de nosotros y que con su esfuerzo y sacrificio siempre está trabajando por construir un mejor mundo para sus hijos.
Esos padres responsables, dedicados y amorosos, merecen un reconocimiento. Sin embargo, hoy también queremos destacar la vida de esos hombres que sin ser llamados padres, entregan el corazón para enseñar y formar a los jóvenes de nuestra sociedad.
Ese es el caso de Fernando Roa, artesano y maestro de la Escuela Taller de Bogotá. Él tiene dos hijos propios, un niño de 15 años y una niña de 4, sin embargo, dentro de su salón de clases tiene muchos estudiantes a los cuales día a día enseña no solo oficios tradicionales, sino también una nueva visión de la vida.
Ellos cuentan con él para formase y para hacer realidad el sueño de aprender y de tener una oportunidad en la sociedad. Cada uno de esos jóvenes, cada uno de esos estudiantes, mantiene con él un vínculo que los motiva y que los conecta, que podría llegar a compararse, en alguna medida, con ese vínculo que se tiene con un padre.
Fernando es uno de esos artesanos que tienen la dicha de decir que el amor por el oficio se lo enseñó el más importante maestro de todos, su padre. Su papá, al momento de jubilarse se dedicó a la carpintería y fue así como en medio del taller que él creó para trabajar, fue enseñándole las bases de un oficio que ya empezaba a dominar a los 14 años y que luego se convirtió en su conocimiento más preciado.
Actualmente, Fernando intenta que cada uno de sus estudiantes también se enamore de los oficios tradicionales que él les enseña, que pongan su sensibilidad en cada una de las obras que elaboran, y que dejen impresa esa huella que puede llegar a hacer grande su trabajo.
El pretende, como lo hace un padre, que estos jóvenes que están entre los 17 y los 25 años de edad no renuncien a esta oportunidad de aprender un oficio, y que en la madera, encuentren una forma de guiar sus vidas y de aprovechar sus talentos.
En medio de sus enseñanzas tiene claro que para dedicarse al oficio de la carpintería no se necesita estar todo el día cerca de la madera, también hay que nutrirse de otras cosas, sabe que hay que leer, estudiar, prepararse y hay que ser más sensible. “Hay que dedicarse a varias cosas y darse tiempo para experimentar y jugar con el material, lo cual brinda esa sensibilidad a la hora de crear” asegura Fernando.
Ya son siete años viendo graduar a muchos estudiantes que también se han convertido en multiplicadores del oficio, y esto lo lleva a ser ese maestro recordado por todos, esa figura que muy similar a la figura paterna, se lleva en el corazón cada vez que se practican esas enseñanzas, que en este caso van implícitas en cada objeto creado.
Felicitamos hoy a todos los artesanos, que son padres y además maestros, y que se dedican día a día a formar una nueva generación llena de tradiciones.