Mimbre (todo el país); mimbre chileno (Quindío) y mimbrera (Cundinamarca).
Arbusto de hasta 4 m de alto, dividido desde la base en numerosos tallos leñosos, delgados, erectos y sin ramificaciones. Las hojas tienen un pecíolo corto y se caen después de un tiempo; son alternas, lanceoladas, de 8 a 14 cm de largo y 1 a 2 cm de ancho, de color verde oscuro con el nervio medio amarillento en la cara superior y con abundante pubescencia de color plateado en la cara inferior. Las flores son pequeñas, de blanquecinas a amarillentas, dispuestas en espigas alargadas en las axilas de las hojas, y los frutos son capsulares y pequeños.
El mimbre es originario de Asia. En Colombia se encuentra cultivado como ornamental en jardines y parques de muchos pueblos y ciudades, principalmente de clima templado y frío. Industrialmente, existen pequeñas plantaciones para producir tallos para la industria artesanal en los departamentos de Tolima y Cundinamarca.
Tallos.
Muebles en general, baúles, maletas, cunas, coches, marcos, butacas, mecedoras, lámparas, bandejas, anchetas, canastas, repisas, barriles, vasos, butacas, cestos, roperas, paneras, fruteras, hueveras, revisteros, vineras, portamateras, abanicos, sombreros, colgantes de pared y embalajes.
El mimbre ingresó a Colombia a comienzos del siglo pasado, gracias a la comunidad religiosa de Los Salesianos, quienes lo trajeron desde Italia y lo plantaron en una escuela agropecuaria en Ibagué (Tolima), como parte de una colección de plantas industriales.
Desde entonces se comenzó a enseñar sobre su cultivo y procesamiento; sin embargo, su uso industrial se inició a partir de la década de los 40, cuando surgió el primer taller en Ibagué. Después de pasar años siendo una actividad marginal, en los setenta se dio el mayor auge de la mimbrería, gracias a la acogida de los muebles elaborados con este material y su exportación a Venezuela. Por esta época, se incrementaron las áreas de cultivo y surgieron numerosos talleres en Ibagué. No obstante, en las décadas siguientes y hasta hoy, la actividad ha decaído. A pesar de ello, Ibagué se sigue reconociendo como el principal centro de procesamiento del mimbre (Fundación Projuventud 1994, Laverde 2004).
El mimbre se cultiva en el municipio de San Antonio (Tolima) y en Silvania, Fusagasugá y Arbeláez (Cundinamarca). Se procesa y comercializa en Ibagué y Silvania (Fundación Projuventud 1994, Laverde et al.2004). Es posible que se cultive también en otros sectores cercanos a Ibagué. Las varas de mimbre se reconocen por su color blanco cremoso y su superficie brillante (Laverde et al, 2004); pueden alcanzar hasta cerca de tres metros de largo y unos 12 mm de diámetro. Son de consistencia dura, pero flexibles y manejables cuando se humedecen. Se pueden usar enteras o en tiras, dependiendo del diámetro. Las áreas ideales para el cultivo del mimbre son las ubicadas entre 1200 y 1800 m de altitud, húmedas y con temperaturas de entre 15 a 23°C. Se propaga generalmente en forma vegetativa y se acostumbra a sembrarlo en época de luna creciente.
Se reconocen varios tipos de mimbre, de acuerdo con el rendimiento y la calidad: el negro, el amarillo y el "mackey". No obstante, no se cuenta con información sobre cuál es el tipo más cultivado y comercializado.
Una vez sembrado, el primer corte del mimbre se realiza a los ocho o nueve meses, cuando las hojas toman una coloración verde amarillenta. Para el segundo corte el tiempo diminuye hasta siete meses. El rendimiento pasa de unas cuatro a cinco varas por mata en el primer corte, hasta unas 30 ó 40 varas a partir del tercer corte. No se cuenta con información de los rendimientos por hectárea, ciclos de siembra, extensión de las áreas cultivadas, volúmenes de producción u otros aspectos que caracterizan esta actividad productiva. Una vez cosechado, el procesamiento se inicia con el descortezado, el cual se debe realizar rápidamente después de la cosecha. Generalmente se hace en forma manual usando herramientas rudimentarias. Cuando no se puede hacer este proceso de inmediato, se deben mantener las varas en agua para que no se deteriore la calidad de la coloración de las mismas, debido a un proceso conocido como "quemado". Luego se ponen a secar las varas de mimbre por una o dos horas al sol y se termina con un secado a la sombra. Una vez secas, se almacenan en lugares frescos a unos 11 a 12° C (Fundación Projuventud 1994, Andrade 2004). Al momento del corte se realiza una primera clasificación de las varas de mimbre y después de secas, se reclasifican según su tamaño (Fundación Projuventud 1994). Se reconocen cinco tipos de varas de mimbre: armadito (40-100 cm de largo), armado (110-170 cm), varillita (180-250 cm), varilla (260-300 cm) y varilIón
(más de 300 cm) (Laverde et al. 2004). Las más grandes sirven para la estructura de las obras y las más pequeñas para el tejido propiamente dicho.
Dentro del oficio de te jeduría con mimbre se destacan dos especialidades, la elaboración de cestería en general y la elaboración de mueblería (Laverde et al. 2004). En ambas variantes del oficio, generalmente no se usa sólo el mimbre, sino que se acompaña con otros materiales tales como el yaré, el chipalo, la cañabrava y la madera. La fabricación de un mueble se inicia con el montaje de la estructura o esqueleto, la cual se hace en madera de nogal (Juglansneotropicai, sajo (Campnosperma pana- mensisi, caracolí (Anacardium excelsum) y amarillo (Nectandra sp.), entre otras.Luego de armada esta estructura, se realiza el "embutido", lo cual corresponde
a la ubicación de varillas de mimbre en lugares específicos para facilitar el trabado posterior o "travillado". Luego se realiza el "embarrilado", el cual consiste en cubrir toda la estructura con el mimbre en forma perpendicular a la madera.
Posteriormente, se realiza el trabado o "travillado" para lo cual se usa el tipo de mimbre conocido como "armado". En este paso se incorporan las tramas o tejidos que destacan la obra terminada. Finalmente, se realiza un "sopleteado", con el fin de eliminar los residuos en el tejido y se hacen diferentes acabados con pegantes o tintes (Fundación Projuventud ] 994, Andrade 2004, Laverde et al. 2004).
En Silvania existen aproximadamente 20 talleres y en Ibagué, aunque no se conoce el número de talleres, se estima que unas 80 personas participan en esta actividad. Es importante mencionar que la mayoría de las personas que trabajan en el procesamiento del mimbre son mujeres cabeza de familia (Laverde et aL. 2004). Aunque la organización de los artesanos aún es incipiente, existen dos cooperativas de mimbreros, una en Ibagué y otra en Silvania, y se proyecta la formación de nuevas organizaciones (Laverde et al. 2004). Se han identificado múltiples problemas para la comercialización de los productos, causantes de bajos ingresos para los artesanos.
Además, hoy existe poca mano de obra bien capacitada en este oficio, lo cual incide en una menor calidad de los productos. Todos estos problemas han llevado al declive de la actividad. Por ello, algunas entidades nacionales y locales han venido realizando esfuerzos encaminados al mejoramiento de la cadena productiva del mimbre. Así mismo, se han venido adoptando medidas relacionadas con la organización y formación de los artesanos, y el diseño y la comercial ización de los productos (Laverde et al. 2004). Por otro lado, existe un vacío de información en cuanto a los volúmenes, precios y cadenas de comercialización de la materia prima. Se estima que el mimbre ya procesado se vende en los lugares donde se cultiva y además se comercializa en los talleres de Ibagué y Silvania. También es posible conseguir esta materia prima en las plazas de mercado de Bogotá, como la de Paloquemao, y en almacenes de Armenia (Quindío).
La mayoría de productos elaborados en talleres de Ibagué abastecen el mercado local y ocasionalmente se comercializan para otras ciudades como Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Cúcuta. En el caso de los talleres de Silvania, dependen casi exclusivamente de las ventas
en la carretera Fusagasugá-Bogotá (La verde et al. 2004). Cuando intervienen intermediarios se estima que del valor final de los productos cerca del 40% le corresponde a los artesanos, lo demás se queda en la cadena de comercialización (Fundación Projuventud 1994, Laverde et al. 2004). Sólo en años recientes algunos talleres de Ibagué han participado en ferias nacionales como Expoartesanías (Laverde et al. 2004); los demás artesanos no participan o sólo participan en ferias locales.
El mimbre se usa ocasionalmente como planta ornamental.
Fuente: Linares, E. Galeano, G. García, N. Figueroa, Y. (2008) "Fibras vegetales empleadas en artesanías en Colombia" Bogotá, Colombia.
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