Las fibras de lana deben hilarse para que resulten más fáciles de manipular. Se cardan o peinan para eliminar las impurezas, desenredar las fibras y alinearlas en una sola dirección.
El sistema más simple de torcer la lana en hebras es retorcerla entre los dedos, pero al utilizar un huso se consigue mayor uniformidad y longitud. El huso es un instrumento que consiste en un palo con un peso o una tortera en la parte inferior.
Las fibras se extraen del copo, que a veces se sujeta en una rueca, y se enganchan a la parte alta del huso, al que se imprime rotación en suspensión libre en el aire o con la punta en el suelo.
El hilado tuerce y une las fibras y las convierte en hilo. Cuando se alarga el hilo, se enrolla en el huso, mientras que otras fibras se van extrayendo del rollo. De un huso que gire en el sentido de las agujas del reloj se obtendrá un hilo en Z, mientras que si gira en sentido contrario, el resultado será en S. Con la rueda de hilar se consigue un hilo más uniforme.
En forma de hilo, la lana puede ser fácilmente anudada, trenzada o entrelazada en una gran variedad de textiles flexibles y cálidos, apropiados para el vestido en los climas más fríos.
Proceso de tinturado
La lana es una fibra animal muy delicada, compuesta por una serie de moléculas proteínicas de estructura alargada, unidas unas a otras por una serie de puentes. En el proceso del tinturado, por ser un material tan delicado, se deben tener en cuenta algunas precauciones.
Existen muchos tipos de lanas, pero los mejores resultados se obtienen con la de oveja de raza Corriedale. Es de buena calidad y el promedio del peso de vellón es de cuatro kilos en machos adultos y tres en hembras adultas. La hembra adulta es buena productora de leche, además de proporcionar carne. No poseen cuernos y son de fácil manejo.
Extraer de las plantas sustancias tintóreas es fácil, basta moler, machacar o picar la parte que se va a utilizar, hervir y colar. Pero se aconseja hacerlo antes de preparar la lana. Algunos tintes necesitan varios días de fermentación.
Otros tienen por sí mismos como, por ejemplo, la cáscara de la semilla del fruto del nogal. Algunas plantas, la mayoría, necesitan sumar una sustancia para que el tinte ceda y se transmita el color a la lana. Esta sustancia es el mordiente. Se pueden hacer mezclas de dos o más tintes para obtener nuevos colores.
El alumbre es un mordiente que no da ningún color a la lana, pero hay otros que hacen cambiar el color dado por la planta. Algunos mordientes producen ligeros cambios de color en la lana, o sea, se vuelven más oscuros, o más brillantes y vivos. Estas sustancias pueden obtenerse por medio de ollas o recipientes o con químicos.
Para reemplazar el sulfato de hierro o la lata, se puede preparar agua con clavos o con esponjillas metálicas oxidadas. Es posible también combinar dos tintes para sacar un nuevo color; o, cuando la lana ha sido tinturada, el tinte sobrante puede guardarse para combinarlo con otro color.
Cómo cambiar el color por medio del óxido de hierro o agua oxidada con clavos o esponjillas metálicas
El agua con óxido debe colarse en una tela muy tupida para luego combinarla con el tinte y por último introducir de nuevo la madeja.
La lana es una fibra animal muy delicada, que requiere de algunas precauciones en sus tratamientos para no afectar la fibra. Por esto se recomienda tener en cuenta los siguientes puntos:
Las temperaturas muy altas (superiores a 100 C), el exceso de tiempo de ebullición y los cambios bruscos en la temperatura dañan la fibra.
Cundinamarca y Boyacá:
Asentada sobre la sabana, en el centro de Colombia, sobre la cordillera Central de los Andes, se encuentra la capital del país a una altura de 2.640 mts. sobre el nivel del mar, con una temperatura que oscila entre los 18°C y una población aproximada de ocho millones de habitantes, que la convierten en el principal centro económico del país.
En Bogotá existen numerosos talleres artesanales en donde se conservan vivas algunas tradiciones artesanales.Durante la época de la conquista, los españoles introdujeron los ovinos, y con ellos una nueva materia prima a la industria precolombina de los tejidos: la lana.
La introducción del telar de pedal español y la rueca para el hilado, modificaron la técnica de elaboración de este tipo de telas. Actualmente, la oveja está presente sin excepción en todos los municipios boyacenses de clima frío, de donde se trae la lana a la capital.
Tradicionalmente, en esta región de tierra fría se elaboran las ruanas, cuyo origen parece ser el poncho incaico introducido por los quechuas en los siglos XVI y XVII. Los sombreros son otra prenda característica de la indumentaria del campesino andino, los cuales se confeccionan en paños de lana de colores naturales, que se tejen en telar vertical, y luego se cardan.
También se realizan gualdrapas, especie de pequeños tapetes anudados, usados como apoyos de las monturas, cobijas, bufandas, carteras, sacos, guantes, abrigos, vestidos, mantas, gorros y chales, entre otros.
Fuente: Artesanías de Colombia S.A. - CENDAR
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