La Chamba, Tolima, es un pueblo de alfareros que se ha dedicado a la elaboración de vajillas durante décadas. Su técnica, heredada de los indígenas Panches y Pijaos, les permite aprovechar los materiales de la tierra para crear piezas que sobresalen por sus tonos rojos y negros. Las artesanas amasan y moldean el barro con sus manos, mientras que los hombres hacen la quema en hornos campesinos. Estos platos, estas ollas y estos utensilios, protegidos con el sello Denominación de Origen, son imprescindibles en la mesa de los colombianos. Una cazuela promedio tarda dos días en ser elaborada.
La Chamba, Tolima, is a town of potters famous for its black and red clay crockery. Their technique, which they inherited from the Panche and Pijao indigenous people, lets them take advantage of the rich properties of the region’s soil to make unique pieces that stand out for their natural red and black hues. The craftswomen are in charge of kneading and molding the clay with their hands, while the craftsmen are in charge of cooking the wares in the ovens so that they can attain a certain level of purity and uniformity. These plates, pots, and utensils, protected by the Designation of Origin Seal, are found on most Colombian dinner tables. An average casserole is made in two days.
Fuente: Artesanías de Colombia
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