La fuerza de la artesanía
Por Artesanías de Colombia SA BIC
San Juan del Cesar es un municipio colombiano de la Guajira, allí queda el corregimiento de Curazao, un lugar mágico que a principios del 2000 vivió una época de violencia pero que hoy ha logrado renacer. Entre tejido y tejido la fuerza de la artesanía ha permitido que sus habitantes tengan herramientas para mejorar sus condiciones de vida. Conozcamos el caso de una de ellas
La vida es un trompo dando vueltas y no siempre finaliza donde arrancamos. La vida no es la misma en Bogotá, en Estocolmo, en Antioquia, en Buenos Aires, en Nariño o en la Guajira…justo allí nos encontramos con la belleza de Curazao.
Un lugar lleno de magia en cada cuadra, con gente alegre que le sonríe a la vida hoy y le sonreía antes cuando no era tan fácil. A inicios de siglo XXI en este lugar de Colombia la violencia golpeó con fuerza haciendo que ni sus casas ni sus calles fueran habitadas, un pueblo que había que dejar atrás por el miedo que la violencia invadía en sus calles.
Acá es cuando le damos cara a esta historia y les presentamos a Milixza Daza, ella es una mujer nacida en Curazao (corregimiento ubicado en el sur de la Guajira, en límite con Valledupar) a la que la violencia la hizo partir hacia la Cabecera Municipal de San Juan Del Cesar junto a su familia, pues este conflicto absurdo le arrebató a una de sus hermanas.
Allá en San Juan del Cesar Milixza se casó y tuvo 3 hijos, quienes son su gran motor de vida. El tiempo pasó y en el año de 2016, cuando el corregimiento ya no tenía problemas tan profundos de inseguridad, volvió a Curazao y allí, en su casa, en su hogar, su vida siguió girando.
Este corregimiento es habitado por mujeres y hombres de la etnia Wiwa y su actividad artesanal es la tejeduría en fique por lo tanto esta es una de las actividades económicas más importantes en Curazao. A Militza la tejeduría la empezó a llamar. Una labor que no le era ajena pues durante toda su vida vio a su madre tejer ya que este oficio es un saber ancestral, un saber heredado en su comunidad. Sin embargo en su hogar esto nunca había sido un negocio, la artesanía era una rueda de auxilio para realizar un bolso, o remendo que se necesitaba en casa.
Cuando volvió la invitaron a que hiciera parte del grupo Arwi (que significa Artesanos Wiwa) que había fundado Yanille Vega, una de sus primas. Ella comienza a tejer y con empeño y dedicación logra perfeccionar su técnica, en 2017 empieza a vivir de la Artesanía, la tradición y el saber ancestral que había estado presente en su familia durante generaciones ahora era su sustento.
Incluso la historia es tan bonita que en el 2022 se graduó de enfermería con estudios que pagó gracias a su labor artesanal , terminaba de estudiar y llegaba a hacer artesanías. También pasaba igual cuando ya trabajaba en su carrera, realizaba turnos en el hospital y en la noche se dedicaba a la artesanía.
El grupo Arwi tiene de alrededor 20 artesanos que han sido apoyados por Artesanías de Colombia y que durante el 2024 hacen parte del programa Artesanos Étnicos Productivos para la Paz que realiza Artesanías de Colombia junto a Colombia Productiva con el apoyo del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.
El apoyo de la Entidad ha fortalecido a este grupo. Desde la Estrategia de Gestión Social Integral se ha trabajado en el bienestar del ser artesanal a través de un abordaje psicosocial para fortalecer su oficio, aumentar su producción artesanal, y sus beneficios económicos. Además de los fortalecimientos que realiza la Entidad en temas de diseño (permitiéndoles explorar nuevas ideas, nuevos diseños, respetando los saberes propios de la región) y comercial ( llevándolos y acompañándolos a ferias en diferentes puntos de Colombia, entre ellas a Expoartesano)
La artesana Milixza Daza nos lo cuenta así “He ido a ferias en Bogotá, Medellín y son experiencias que te cambian, te transforman, aprendes de tu comunidad y de otros artesanos presentes en estos espacios”, también resalta la experiencia con los clientes “Las personas valoran el trabajo artesanal, me doy cuenta que somos ricos y no lo sabemos, tenemos algo que le gusta al público y no lo valoramos” concluye.
La riqueza artesanal de las regiones de Colombia es uno de los tesoros más invaluables que tenemos como sociedad. Artesanías de Colombia trabaja con las comunidades para preservar este saber y así lo resalta Milixza “Es de gran importancia la labor de Artesanías de Colombia en la preservación de los saberes artesanales y las tradiciones de la comunidad Wiwa, nos enseñan a rescatar nuestra etnia, nuestra cultura” el resultado es gratificante “tan lindo que es hacer una mochila, que digan esto identifica un pueblo, lo hace una wiwa “ resalta la artesana.
Llegar a Curazao no es fácil, es un lugar lejano con poco transporte público por lo cual sus habitantes suelen andar en moto. El acceso desde fuera se debe hacer en un carro particular, por eso cada vez que llega una brigada de fortalecimiento artesanal de Artesanías de Colombia Milixza hace todo lo posible por estar “aprendemos diseños, aprendemos a innovar , diseños que ni siquiera sabíamos que se podían hacer, vivo agradecida con Artesanías de Colombia y Colombia Productiva, los capacitadores, cada grupo trae una idea diferente y anímicamente nos ayuda muchísimo” nos dice la Artesana.
La vida es un trompo y dentro de ese mundo aleatorio , dentro de esas miles posibilidades hay una en que una pandemia termina siendo un punto de inicio, así pasó con Arwi, “despegamos en Pandemia , usamos mucho las redes sociales , ese fue el momento de crecimiento , el tiempo de Dios es perfecto , fue una bendición, salimos a flote , nos unió bastante “ cuenta Milixza
La vida es el 10% las cosas que te pasan y el 90% cómo lo afrontas, así ha sido la vida para este grupo de artesanas y artesanos, que desde Curazao en San Juan del Cesar trabajan a diario por preservar su saber artesanal, por vivir de la artesanía, por enseñarle a Colombia y al mundo que desde su Municipio se construyen cosas hermosas, como este taller, como las artesanías que realizan y como los sueños que cada vez sueñan más con los ojos abiertos.