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Claustro de Las Aguas

Por Texto tomado de: "Colombia Artesanal" (Revista Avianca No. 113)

Claustro de Las Aguas, Centro de Bogotá, Colombia
Claustro de Las Aguas - Imagen: Artesanías de Colombia

Claustro de Las Aguas: historia y tradición

No hay mejor sitio para la artesanía colombiana, que un lugar que ha venido guardando historias, leyendas y testimonios nacionales en sus paredes. El Claustro de Las Aguas, sede actual de Artesanías de Colombia S.A., es una clara muestra de ello.

Esta edificación fue declarada Monumento Histórico y Patrimonio de la Nación por su importancia en la construcción de memoria de Bogotá y fue adquirida por Artesanías de Colombia hace más de cuatro décadas.

Salvación de almas y curación de cuerpos

En sus comienzos el claustro fue usado como Ermita por el Arzobispo Fray Cristóbal de Torres, quién buscaba que en el lugar se le rindiera un culto especial a la Virgen del Rosario de las Aguas.

Para conseguir este propósito  llevó a una Congregación para que se instalaran en el claustro, pero al poco tiempo los monjes abandonaron el lugar dejándolo solo en su empresa.

Desilusionado por su fracaso, Fray Cristóbal, decidió donar la edificación a los padres dominicos el 12 de septiembre de 1665, quienes la habitaron por diez años sin aportar a su modificación.

Por el contrario, los dominicos descuidaron el claustro permitiendo que los vecinos cortaran sus árboles para hacerlos leña,  rematando el terreno como potrero para mulas y dejándo que los ladrillos de la edificación se cayeran.

Esto llegó a oidos del Bachiller y Presbiterio Juan Cortina Valero, primer propietario del claustro y quien lo usaba como Oratorio privado. Al enterarse, Cortina se sintió engañado y acudió a la Santa Sede para recuperar la edificación.

Luego de una apelación por parte de los dominicos ante la sentencia de la Santa Sede y de la muerte de Juan Cortina Valero y de su apoderado legal, los dominicos recuperaron el claustro y lo habitaron por 112 años más.

En 1802 ante la creciente epidemia de viruela que azotaba la ciudad, los dominicos permitieron que se usara como hospital para atender a los enfermos. Entre 1854 y 1860, durante las revoluciones, pasó a ser hospital militar y posteriormente fue hospital civil de la Sociedad San Vicente de Paul.

Refugio para niños

Más adelante el padre Tomás Escobar dirigría una escuela para niños de acomodada posición económica, entre los que estaría el conocido poeta colombiano José Asunción Silva. También sirvió para refugiar niños huérfanos y pobres ya que fue sede del Orfelinato del Niño Jesús de Praga.

A principio del siglo pasado, el claustro sirvió también para albergar escuelas de música, centros culturales y entidades gremiales y sociales.

Las artesanías encuentran su espacio

Luego de restaurar la edificación Artesanías de Colombia dispuso la casa de tal forma que se pudiera aprovechar cada uno de los espacios de manera funcional.

En el primer piso los visitantes pueden ver una amplía exhibición de trabajos en cuero, madera y joyería provenientes de todo el país.

Las habitaciones, anteriormente habitadas por monjes, se convirtieron en las oficinas de las diferentes áreas de la empresa, mientras que la parte de atrás del claustro se usó para construir los talleres de adiestramiento para los artesanos.

Al visitar la sede de Artesanías de Colombia, los turistas y compradores no sólo encuentran una gran variedad de productos artesanales que reflejan la riqueza cultural del país, también aprenden sobre la historia de la ciudad y disfrutan la belleza de la casa.

Es así, como una visita a Artesanías de Colombia se convierte en un viaje histórico al pasado, un reconociemiento de nuestra identidad en el presente y muy seguramente, una promesa de regreso en el futuro.

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