El andar por la artesanía Wayúu

Aura Vidalina Robles es una maestra artesana que nació hace 54 años en La Guajira. Su tenacidad y compromiso con su pueblo wayúu la han llevado a convertirse en un ejemplo para su comunidad y en una inspiración para las más de 500 mujeres que ha conseguido capacitar en el oficio artesanal. 

A los 12 años la llevaron donde la mujer de más edad en su familia; decían que tenía 117 años. La anciana le reveló que la había visto en sus sueños y que sería ella la persona responsable de cuidar y defender su territorio. 

Aura, como cualquier niña de su edad, en ese momento no comprendió bien el significado y el poder de esas palabras, pero con el tiempo fue atando cabos. En el 2011, tras una ardua lucha para proteger el río Ranchería, una importante arteria fluvial de la zona, su comunidad ganó la tutela a la multinacional que buscaba intervenirlo. Ella misma lo relata y afirma que esto significó la salvación de su territorio y su cultura. 

Para Aura, que se dedica al oficio de la artesanía y a la cría de animales, el entorno representa la esencia de su vida: la familia, los animales, la naturaleza, en fin, su patria. Es de él de donde salen los diseños que plasma en sus productos, sobre todo en época de primavera, la más esperada por el colorido de sus flores y la belleza de la vida silvestre. “Son las estrellas en el firmamento las que nos anuncian la llegada de la lluvia. Una de nuestras kanáas (figuras geométricas) es la Iwouya que quiere decir el rastro de la primavera”, comenta. 

La etnia Wayúu es semi nómada; en el invierno bajan a la alta Guajira donde están las tierras secas y arenosas, y en el verano suben hacia las zonas montañosas donde hay comida para los animales y el agua es más abundante.

Al estar siempre en constante rotación, sus tejidos también van cambiando, pues cada paisaje es una fuente de inspiración. Así, algunos de ellos, como el chinchorro de doble cara, les toma hasta cuatro meses terminarlo, una tarea que demuestra la dedicación y el amor por lo que hacen. 

Con el apoyo de Artesanías de Colombia y sus capacitaciones las mujeres permitieron introducir nuevos diseños y técnicas sin dejar de producir los auténticos, pues cada mochila, hamaca, chinchorro, sombrero, manta, si´ira (faja masculina) y sus variados y complejos  kanasü (arte de tejer dibujos) son un motivo de prestigio por el que son reconocidas y admiradas las familias de La Guajira.  

Aura, símbolo de todos estos saberes y guardiana de lo que les pertenece, estará en Expoartesano, La Memoria del 8 al 17 de julio en Plaza Mayor Medellín llevando en cada pieza artesanal un trozo de su mágico territorio.  

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Álvaro Iván Caro Niño
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